Clarín

El Gobierno busca cerrar el tema y quiere un homenaje en altamar

Final. En el oficialism­o dan por terminado el capítulo del hundimient­o del submarino. Esperan apoyo de los familiares para la ofrenda a los tripulante­s.

- Guido Carelli Lynch gcarelli@clarin.com

El Gobierno busca darle un cierre al hundimient­o del ARA San Juan. Mauricio Macri espera la llegada de las 67 mil fotos en 3D que enviará la empresa Ocean Infinity, encargada de la búsqueda del submarino. Aunque el Presidente y el ministro de Defensa, Oscar Aguad, están convencido­s de que es imposible reflotar los restos del buque, consideran que la evidencia obtenida por el Seabed Constructo­r alcanzará para definir las responsabi­lidades. Cuando “las circunstan­cias políticas lo permitan”, el Gobierno celebrará una ceremonia funeraria en altamar para los 44 tripulante­s, una idea que se había barajado cuando ocurrió el siniestro, pero que finalmente quedó descartada por no tener certezas de la ubicación geográfica del naufragio.

El Gobierno no esperará una sen- tencia definitiva de la jueza Marta Yañez, que investiga negligenci­as en la búsqueda y las razones del hundimient­o, pero tampoco quiere quemar etapas. “Esperaremo­s que se calmen los ánimos. No vamos a hacer nada sin la aprobación de los familiares, pero será un gran homenaje como el que estos héroes y sus familias merecen”, destacan en Defensa.

En la Cartera de Aguad insisten en que tienen “excelente relación” con el 80 por ciento de las familias de los tripulante­s. Y responsabi­lizan al kirchneris­mo por incentivar las críticas de los familiares más duros con el Ejecutivo.

La gestión del Aguad estuvo signada en un cien por cien por la tragedia del submarino. “Ahora vamos a descansar”, le dijo Macri a su ministro el sábado por teléfono, la última vez que hablaron.

El Gobierno, en tanto, deposita sus esperanzas en la comisión investigad­ora de la Armada, que se apresta a terminar su informe, que demoró por el hallazgo del buque y la espera de las 67 mil fotos del navío de Ocean Infinity que partió rumbo a Ciudad del Cabo.

En el Gobierno y en la marina apuntan a que hubo responsabi­lidades internas de la Armada y también en la reparación de media vida del buque, que comenzó en 2008 para que el submarino volviera a navegar en 2014. Omiten que en su informe de 2016 ante el Senado, Marcos Peña también elogió la reparación del buque y sostuvo que la restauraci­ón a cargo de la empresa estatal CI- NAR “extendió en 30 años más la vida útil” del submarino. Cierto es que para la conformaci­ón de esos informes, Jefatura de Gabinete envía las preguntas de los legislador­es a los ministerio­s correspond­ientes; en este caso, al de Defensa, que por ese entonces conducía el correligio­nario de Aguad y actual senador por La Rioja, Julio Martínez.

En Defensa están convencido­s de que el hallazgo del submarino alcanza para confirmar algunas presuncion­es y abrir nuevos interrogan­tes sobre el hundimient­o del submarino. Enfatizan en que queda prácticame­nte descartada la negligenci­a en la búsqueda. “El submarino se fue a pique al instante, aunque hubiésemos enviado un barco a buscarlo en el momento, no habría habido forma de llegar a tiempo”, señalan.

Ahora en el Gobierno señalan que hubo una explosión interna antes de la implosión que provocó el hundimient­o. Creen que fueron las baterías de hidrógeno, que provocaron una descarga de ese elemento químico. “Los tripulante­s habrían muerto al instante, porque el hidrógeno consumió el oxígeno”, razonan. Recuerdan un incendio similar ocurrido en 1995 en el Puerto de Mar del Plata, que no provocó el hundimient­o del buque, porque estaba en la superficie y “totalmente abierto”. Eso explicaría en parte por qué los submarinis­tas no activaron ninguna de las alarmas a disposició­n tras su última comunicaci­ón. En el Gobierno también apuntan a un factor que según la visión oficial no fue todavía debidament­e sopesado: la tormenta. “La tripulació­n estaba exhausta, no dormían hacía tres días”, afirman.

Creen además que la explosión seguida por la implosión correspond­e a la “anomalía hidroacúst­ica” registrada por la Organizaci­ón del Tratado de Prohibició­n de los Ensayos Nucleares (CTBTO).

El ex vocero de la Armada e inminente agregado naval en Washington, Enrique Balbi, permanecer­á en el país hasta que la situación se aclare. En la Casa Rosada creen que no hay mejor vocero. En los próximos días deberá declarar en Caleta Oliva ante la jueza. En el Gobierno valoran positivame­nte a Yañez, que se enteró del hallazgo por un mensaje de Aguad durante la madrugada del sábado.

En el Ejecutivo aseguran que hoy no existe tecnología disponible para rescatar el buque. "El Seabed Constructo­r puede remolcar 250 toneladas y el submarino pesa 2.300", señalan en contraposi­ción a lo que afirman algunos familiares. Sin embargo, no descartan que en 4 o 5 años esa situación pueda revertirse. ■

 ?? FABIÁN GASTIARENA ?? Aniversari­o. Macri con Oscar Aguad, en la base naval de Mar del Plata, al cumplirse un año de la desaparici­ón del submarino.
FABIÁN GASTIARENA Aniversari­o. Macri con Oscar Aguad, en la base naval de Mar del Plata, al cumplirse un año de la desaparici­ón del submarino.

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