Clarín

Viaje a las favelas de Río, un bastión del voto a Jair Bolsonaro

El balotaje del domingo. Clarín visitó el Complejo de la Maré. Como en otros sitios similares de la ciudad, el candidato ultraconse­rvador obtiene amplios apoyos.

- Eleonora Gosman egosman@clarin.com

“El mito llegó y Brasil despertó. Hay esperanza de verdad”. Con esos versos cantados al ritmo de una música pegadiza y con la imagen de un gigante que nace del Pan de Azúcar, no hay cómo no sentirse atrapado por el video clip que simboliza la campaña de Jair Bolsonaro. En el Complejo de la Maré nadie tuvo contacto con él. Pero en ese conjunto de favelas que se extiende en la zona norte de Río, el candidato de la extrema derecha se llevará los laureles este domingo.

Gran parte de sus seguidores, en esa región pobre y violenta que alberga a 130.000 habitantes, creen que el diputado ultraconse­rvador frenará la conflagrac­ión casi diaria que sufren los moradores. “Él va a imponer castigos severos para delincuent­es y va a terminar con las drogas”, dijo a esta correspons­al la estudiante universita­ria Tais Ferreira. “Brasil precisa alguien que tenga mano firme”, dice la madre, Ana Luiza.

Pero entre los vecinos hay quien ensaya un análisis. Antonio Parente, comerciant­e y con un negocio en el “centro comercial” de la Maré, afirma con total convicción: “Yo voto a Bolsonaro porque no quiero a los del petralhas (como el bolsonaris­mo llama a los partidario­s del PT). Robaron mucho y tienen la culpa de todo lo mal que estamos ahora”. Apuesta que Bolsonaro es el verdadero cambio que traerá una suerte de “higienizac­ión” de Brasil. “¿Usted ya lo vio en persona? ¿Vino a visitarlos?”, pregunta esta correspons­al. “No. Pero no hace falta. Lo he visto en TV y lo he escuchado. Él va a terminar con lo que está matando a nuestros chicos y jóvenes: la droga y el tráfico”.

Ni el candidato ni sus hijos se esmeran en hacer explícitas cuáles son sus propuestas para resolver los problemas que acucian al país: el empleo, la salud pública, la educación y la vivienda. Nadie imagina que ven- drá de la mano de Paulo Guedes, el futuro ministro de Economía, un ajuste fiscal que irá a pesar en el bolsillo de los menos agraciados. Es que el discurso del postulante del Partido Social Liberal no es más que un conjunto de consignas basadas en la “defensa de los valores de la familia”, en la tolerancia cero con la delincuenc­ia y el repudio al PT.

La sofisticad­a estrategia que despliega la campaña del diputado de la ultraderec­ha junta el discurso de palabras duras con señales de aproximaci­ón a sus electores; para sus detractore­s son tan solo gestos ya que, desde que lo hirieron en Juiz de Fora de un cuchillazo, el candidato no vol- vió a presentars­e en público. Este martes recibió en su domicilio la visita de algunos intendente­s de ciudades brasileñas. Los alcaldes, que indicaron representa­r más 3.500 municipios, le presentaro­n un documento y le dijeron: “Estamos entrando en los momentos finales de estas jornadas y nuestro trabajo se va a intensific­ar: ¡cuente con nosotros, capitán!”. Luego añadieron que este viernes estarán en vías de conseguir hasta 4.000 adhesiones. A esto los bolsonaris­tas respondier­on: “Nosotros queremos siempre conocer de cerca los problemas de los intendente­s que conocen de muy cerca a la población”.

La comisión de alcaldes dijo que venía en nombre del Frente Nacional de Intendenci­as y de la Confederac­ión Nacional de Municipios. Ambas entidades, sin embargo, desmintier­on haber participad­o del encuentro. El Frente, que representa a cuatro centenas de ciudades, dijo que no conocía el documento. La Confederac­ión tampoco sabía del apoyo que dos decenas de alcaldes le habían llevado a Bolsonaro. Esto no impidió que Onyx Lorenzoni, el futuro ministro jefe de gabinete (si es que el candidato gana en la segunda vuelta), dijera a la prensa luego de esa cita: “Nosotros vivimos en ciudades, no en estados provincial­es ni en esa ficción llamada Brasilia. A lo largo de estos últimos 50 años todos los recursos se concentrar­on en el Distrito Federal que obligaba a los intendente­s a besar la mano presidenci­al. Ellos son el paragolpe de la sociedad”.

Cuando todavía faltan 5 días para el balotaje, en las favelas se juega un partido especial. No todo el mundo irá detrás del capitán del Ejército, como podría suponerse por las encuestas. Silvia Sutar, coordinado­ra del Centro de Artes de la Maré, dijo a esta periodista que “una buena parte votará a Bolsonaro. Pero hay muchos que votarán a Fernando Haddad”. Para ella, el petista es la opción de quienes pretenden “defender todo lo que hemos conquistad­o estos años”.

Curiosamen­te, uno de los hombres que promovió en forma directa el impeachmen­t contra la ex presidenta Dilma Rousseff, el jurista Miguel Reali Jr, ahora se convirtió en un crítico feroz del bolsonaris­mo. Del candidato dijo: “¿Cómo es posible que un hombre que se convirtió en un mito vaya a gobernar con eficacia? Tendrá que negociar con todas las fuerzas del Congreso. Pero hasta ahora nadie conoce sus propuestas. Solo habla con los 140 caracteres del Twitter”. ■

 ?? REUTERS ?? Respaldo. Simpatizan­tes del ultraderec­hista Jair Bolsonaro muestran su retrato en una bandera durante una marcha en Río de Janeiro.
REUTERS Respaldo. Simpatizan­tes del ultraderec­hista Jair Bolsonaro muestran su retrato en una bandera durante una marcha en Río de Janeiro.

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