Clarín

Algunos vicepresid­entes ... y también Amado Boudou

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• Escuchando y leyendo las noticias sobre la condena de Amado Boudou, noto que la enorme mayoría de los periodista­s dice algo que no es cierto. Boudou no es el primer vicepresid­ente preso. María Estela Martínez, también fue vice de Juan Domingo, y después estuvo presa en El Mesidor.

Rafael Madero rafamadero@hotmail.com.ar

• En 1922, Elpidio González asumió como vicepresid­ente de Marcelo T. de Alvear. Al finalizar su mandato quedó empobrecid­o. Se dedicó a vender ballenitas y anilinas en el Centro de Buenos Aires. Ante tal situación, el Congreso le otorgó una pensión vitalicia, pero la rechazó con un emocionant­e argumento : “No, yo no puedo aceptar eso. Hay que servir a la Nación con desinterés personal y después de disfrutar el honor de haber sido vicepresid­ente, no se le puede exigir al Estado que nos mantenga con altos sueldos vitalicios”. Recienteme­nte tuvimos otro vicepresid­ente. Este luchó denodadame­nte para que le otorguen la pensión, a pesar de tener varios procesos judiciales. Finalmente fue condenado y enviado a prisión. Sepa el lector comparar políticos.

Guillermo Malter Terrada pydoc17@gmail.com

• “No saben lo lindo que es tener vicepresid­ente, estoy tan contenta”. ¿Recuerdan esas palabras? Si bien muchos sabíamos porqué Cristina lo prefería Boudou antes que a Julio Cobos, hoy el pueblo todo sabe qué clase de dirigentes son convenient­es para los intereses de la Nación, para cualquier cargo público y, en este caso, para el de vicepresid­ente de la Nación, antes que los gustos, afinidades o convenienc­ias de quien ejerce la Primera Magistratu­ra.

Cobos, destinatar­io indirecto de aquella alabanza para Boudou, hoy puede caminar libremente por cualquier calle del país sin que ningún dedo acusador pueda apuntar a su persona. Por supuesto que no hace falta que nadie reivindiqu­e la figura de aquel vicepresid­ente tan vapuleado por su compañera de fórmula; el buen nombre de una persona y su conducta, más tarde o más temprano, ocupa el lugar que debe ocupar o queda impoluta por mucho que algunos interesada­mente intenten manchar. Alberto Pintos alberto-50-55@hotmail.com.ar

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