Clarín

“Disfruto si la gente se divierte porque hago un tiro diferente”

El francés de 31 años seduce con su estilo particular

- María Kexel mkexel@clarin.com

Nació en París hace 31 años. Desde que se hizo profesiona­l en 2004, pasó por diferentes momentos en su vida personal y en el circuito de tenis. Pero hay una cosa que no cambió nunca Gael Monfils: su carisma. Recorre el mundo con sus rastas, a veces se tiñe de rubio o experiment­a otro peinado y no importa en qué lugar del ranking se encuentre. Tiene un encanto especial y siempre genera atracción.

Los fanáticos del tenis se preguntan qué versión del galo se verá en Buenos Aires. Ya dio alguna respuesta Monfils con su aplastante victoria por 6-1 y 6-4 ante el uruguayo Pablo Cuevas. Comenzó 2018 con el pie derecho por dos razones: no aqueja molestias de la lesión en la rodilla derecha que lo marginó durante casi todo 2017 y arrancó la temporada ganando el Abierto de Doha sin proponérse­lo.

“Fue una verdadera sorpresa para mí. Casi no voy a Doha y después se me fue dando y gané. Fue una alegría inmensa, porque mi rendimient­o superó todas mis expectativ­as”, le confiesa a Clarín con una sonrisa permanente, casi sellada, el moreno de 1,93 metro, en la entrevista en un lujoso hotel porteño.

Junto con Rafael Nadal, fueron catalogado­s como los jugadores que mejores condicione­s atléticas muestran. Pero esa misma manera tan física de jugar, casi abusiva contra su propio cuerpo, le trajo algunos dolores de cabeza al lungo que desde 2012, cuando se perdió la mayoría de los torneos importante­s, no logra olvidarse de su problema en la rodilla derecha.

En esa rodilla comenzó con una tendinitis entre 2004 y 2007 y luego se le diagnostic­ó un problema en la rótula, el mismo que tiene Andy Murray. Tanto sufrió el francés, que varias veces barajó la posibilida­d de retirarse del tenis. Pero 2018 parece sonreírle al parisino.

-Con tantos problemas físicos a lo largo de tu carrera, ¿por qué decidiste hacer la gira sudamerica­na, que suele ser dura para los tenistas? -Hace mucho que tenía ganas de hacer esta gira. Mucha gente me habló maravillas de Buenos Aires y cuando logré calmar un poco mi lesión en la rodilla, me dije: “¿Por qué no arriesgar un poco?”. Y acá estoy. La verdad es que cuando arranqué en Quito, donde perdí con Thiago Monteiro, no pensé que iba a ser tan duro. Jugar en la altura es muy complicado. No tenía el control de la pelota. Así que espero que ese desgaste que tuve no me moleste en Buenos Aires.

-¿Con qué expectativ­as viniste? -Honestamen­te, lo vengo a ganar partidos. Espero recuperarm­e de ese desgaste y avanzar con un buen tenis y, si se puede, tener la chance de pelear por el título. Hay demasiados buenos jugadores acá. Encima los argentinos crecieron un montón, como Diego (Schwartzma­n). Este torneo cobró mucha jerarquía con el tiempo y que los propios jugadores quieran venir lo hace mejor cada año. Por eso espero estar a la altura.

-Para el resto del año, ¿qué versión de Monfils se verá? -Definitiva­mente, quiero volver a tener un buen ranking. Y por supuesto que quiero alcanzar el top 10 lo antes posible. Para eso necesito simplement­e estar con continuida­d en el circuito y que las lesiones me dejen de castigar. Yo sé que si estoy al 100 por ciento de mi físico, le puedo competir a cualquiera. Y se han visto varias versiones mías por eso, porque pocas veces pude estar plenamente durante toda una temporada.

-Sos uno de los jugadores más simpáticos y divertidos dentro de la cancha. ¿Sentís que tu estilo a veces te juega en contra y te distrae de la parte deportiva?

-Mucha gente en general y conocidos míos me dicen que quizás ser gracioso dentro de la cancha y ese tipo de cosas que me caracteriz­an hace que mi propio juego se vea perjudicad­o. Pero yo no creo que sea así. Es mi forma de jugar y ver el tenis. Disfruto si la gente se divierte porque hago un tiro diferente. Eso no quita que me tome el juego con seriedad. Soy así.

Su mejor ranking fue en 2016, cuando alcanzó el sexto puesto en el mundo. Tiene siete títulos ATP y ganó 417 partidos. Además de esa personalid­ad simpática que lo hace diferente, su talento lo asemeja con las glorias actuales del tenis que ya son leyenda. Si su físico se lo permite, habrá un Gael Monfils de lujo en Buenos Aires. ■

 ?? EFE ?? Carisma. Monfils atrapa con una personalid­ad desfachata­da y un juego que combina talento con disfrute.
EFE Carisma. Monfils atrapa con una personalid­ad desfachata­da y un juego que combina talento con disfrute.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina