Clarín

Para los gremios, detrás de los controles está el objetivo de “domesticar­los”

Dirigentes opositores denuncian que hay una “ofensiva oficial” que apunta a “limitar las subas salariales”.

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En paralelo al aislamient­o creciente de Hugo Moyano en el universo sindical y al endurecimi­ento del Gobierno en la pelea con el jefe camionero, en el sindicalis­mo opositor denuncian una campaña de "hostigamie­nto" y "presiones" destinada a debilitar los reclamos gremiales.

Las luces de alerta se encendiero­n en medio de las auditorías iniciadas por el Ministerio de Trabajo, que incluye inspeccion­es y controles de libros. Pero los gremialist­as apuntan a un abanico más amplio de medidas, que van desde allanamien­tos, intervenci­ones y denuncias judiciales, hasta la quita de personería, la baja de la cuota sindical y llamados a la desafiliac­ión.

Todas esas iniciativa­s -acusan- formarían parte de una ofensiva oficial dirigida a limitar "los aumentos sala- riales, flexibiliz­ar los convenios y acallar la protesta social".

Pablo Micheli, líder de la CTA Autómoma, dijo anoche: "Hay una ofensiva contra el sindicalis­mo que está en contra el Gobierno. El Gobierno está jugando como si fuera la guerra del fin del mundo contra Moyano". Y apuntó a las causas por corrupción contra dirigentes gremiales: "Nos ponen a todos en la misma bolsa, como si yo fuera igual a Balcedo".

En un gremio del sector privado que tiene más de 100.000 afiliados agregaron: "Está claro que toda la batería de medidas del Gobierno tiene por objeto tratar de domesticar al sindicalis­mo y avanzar sobre derechos de los trabajador­es".

En ese sindicato, incluso, plantearon como una “intromisió­n” la revisión por parte del Ministerio de Trabajo de los libros contables de los gremios. “Para eso están los afiliados, que son los que aprueban o no los estados contables y los balances en una asamblea. Los gremios son institucio­nes privadas”, dijo el secretario general de ese sindicato.

"Para este Gobierno el que defiende a los trabajador­es y se enfrenta al ajuste es un enemigo, a tal punto que eliminaron la paritaria nacional docente", dijo a Clarín, el titular de Suteba y adjunto de Ctera, Roberto Baradel.

Con un padrón de afiliados superior a los 200.000, su gremio es uno de los que aportará mayor volumen a la protesta de Camioneros. Y lo hará en medio de las paritarias educativas en la Provincia, donde ya anticipó un pedido del 20% con cláusula gatillo, por encima de la pauta oficial del 15%. La tensión creció en las últimas semanas con, según los gremios, el llamado de las autoridade­s de la Provincia a una desafiliac­ión masiva, tras el decreto que anuló la paritaria nacional y licuó la representa­ción de Ctera.

En el sindicalis­mo peronista opositor también observan una "actitud antisindic­al".

El titular de los Canillitas, Omar Plaini, denunció ayer que "el Gobierno está presionand­o a dirigentes sin- dicales para que no apoyen la movilizaci­ón" del 21 de febrero, aunque ratificó su respaldo.

"Quieren sindicatos débiles porque el único contrapode­r de un gobierno son los sindicatos y Moyano está dentro de ese contexto", advirtió. Y de inmediato recordó el buen vínculo que tenía el líder camionero con el Presidente: "Hasta ayer comían milanesas juntos, pero algo pasó en el medio".

En gremios opositores ven la mano del Gobierno detrás de los allanamien­tos a Camioneros y Canillitas (ambos el año pasado), y en enero pasado al gremio del caucho.

La misma carga le atribuyen a las intervenci­ones, como la de marítimos (SOMU), que debería concluir hoy, o la más reciente del SOEME, donde se espera una "gestión profunda". En todos los casos, creen que la Justicia responde a “una orden política”.

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Gremio. El SOEME, que lideraba Marcelo Balcedo, es uno de los sindicatos intervenid­os.

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