Momentos muy felices en La Feliz
No pierde actualidad aquella pegadiza canción de la década del 70, cantada por el dúo Juan & Juan: “Que lindo que es estar en Mar del Plata/ en alpargatas/ felices y bailando en una pata/ en Mar del Plata soy feliz”. La ciudad balnearia más convocante sigue siendo “la Ciudad Feliz”, proporcionándole placer, bienestar y gozo a los miles de argentinos que celebran en sus playas, sus calles, sus teatros, su puerto y sus restaurantes y bares la pasión veraniega.
Insuperable la sensación de caminar sobre la arena y refrescarse en el mar sin importar la superpoblación de turistas, sombrillas, reposeras y vendedores ambulantes; tampoco el agua fría o algunas molestas algas que se pegan al cuerpo.
La charla distendida sin la tortura del reloj, las caminatas en la arena húmeda, la lectura de ese libro postergado... Propuestas tentadoras. Multitud y ruido en las playas del Centro, con las nunca cansadoras vistas a los Lobos Marinos y al Torreón. Más amplitud y tranquilidad en Punta Mogotes. Y para quienes no pueden estar sin un shopping, el emplazado en la ex terminal de micros es la solución. ¿Música? También, y para todos los gustos. Disfrutar una obra teatral, saborear los frescos frutos del mar y disfrutar, golosos y sin carga de culpa, los clásicos alfajores. Degustar las delicadas cervezas artesanales locales también es una buena alternativa antes de irse a dormir y rezar por un nuevo día de sol. No, no hay ninguna duda: en Mar del Plata desborda la felicidad, a pesar de algunos “vivillos” de siempre que exageran con el aumento de precios.