“No tienen voluntad de oírse y ponerse de acuerdo por el bien del país”
A fin de desentrañar un poco el aspecto semántico de la infame “grieta” de la que tanto se habla en Argentina, tomo como ejemplo el discurso –reiterado hasta el hartazgo- de comunicadores y propagandistas de la oposición, de cuya boca no sale más que una sistemática crítica descalificadora al Gobierno de turno, apoyada en el argumento teórico de “distribución de la riqueza” -o pobreza-.
Véase que nunca escuchamos de los Brancatelli y afines idea alguna que formule una metodología eficaz, implementada y probada en el mundo capitalista de “generación de riqueza”, cosa totalmente opuesta a imprimir papel pintado en forma de moneda. Lo que interesa es denigrar y posicionarse como opción política a futuro.
De un lado de la inefable grieta, están los que pregonan la urgencia de profundizar los métodos ya exorbitantemente deficitarios de reparto de la escasez, mientras del otro, aquellos que tratan de explicarles que para repartir, hay que generar riqueza. Y que tanto constitucionalmente -porque la Argentina no es un país comunista-, como por el modo de producción universal imperante, dicha generación es sólo factible -para ser legítima y sustentable- mediante la inversión productiva combinada del sector privado y público que genere empleo, con la diferencia de que mientras este último está limitado por los ingresos fiscales y el crédito que consiga -y que deberá devolver al prestamista con lo que recaude-, la potencial inversión privada es ilimitada y a cuenta y riesgo del inversor, a menos que –tal como viene ocurriendo en estos dos primeros años de gobierno macrista-, la actividad económica se sustente en garantizarle a este un rendimiento efectivo superior al 10% anual en dólares, obtenido mediante instrumentos financieros meramente especulativos.
En síntesis, ambos tienen algo de razón y ninguna -o mínimavoluntad de oírse y ponerse de acuerdo para bien del país. Y del pueblo. Adrián Klas aklas@fibertel.com.ar