A River le llegó el mensaje de Gallardo: tuvo “la guardia bien alta” en Mar del Plata
“Siempre está el honor en juego en un partido de este tipo”, dijo el DT, que valoró la solidez y la concentración.
Esa frase con la que sentó posición y generó un revuelo mediático la semana pasada causó el efecto que Marcelo Gallardo esperaba adentro de la cancha. Es, al fin y al cabo, lo que más le importa al entrenador de River, por más que afuera haya generado opiniones disidentes y que desde la otra vereda hablaron de “lloriqueo”. Fueron siete palabras que movieron el avispero puertas afuera y generaron conciencia adentro. “Tenemos que tener la guardia bien alta”, afirmó el Muñeco cuando le preguntaron por la identificación del presidente de la Nación, Mauricio Macri, y el de la AFA, Claudio Tapia, con Boca. Y en el primer Superclásico del año, su equipo tuvo adentro de la cancha lo que el técnico envió como mensaje implícito: concentración y solidez. Dos características que había perdido en el final del turbulento 2017.
Por más que se haya tratado de un amistoso, Gallardo no le dio la espalda a lo que genera un Superclásico. Lo vivió con la intensidad de un encuentro oficial. “Siempre está el honor en juego en un partido de este estilo. Quiero ganarlo, no me gusta per- derlo”, argumentó en la previa. Y ahí mandó otro mensaje, invitando a sus futbolistas a que no se relajaran ni especularan.
La intención estaba en que este partido contra Boca le sirviera al equipo para empezar a dar de nuevo pasos seguros. Y para recobrar la confianza. El propio entrenador de River lo reflejó luego del encuentro en el José María Minella de Mar del Plata: “Espero que este triunfo nos sirva para ganar confianza y nos pueda dar la solidez para sentirnos más seguros”.
Es ahí hacia donde apunta Gallardo. Y algo de eso se vio en el segundo tiempo, en el que River ajustó bien las tuercas, cuidó la ventaja conseguida y no le dio chances a su rival de acercarse con peligro al arco propio. Resignó algo de ataque, es cierto, pero se sintió más seguro del medio hacia atrás, en un intento por comenzar a recuperar la seguridad y dejar atrás la fragilidad.
En esa apuesta por volver a tener garantías defensivas, las fichas están colocadas en Lucas Martínez Quarta, quien está regresando luego de siete meses sin jugar por la sanción del doping en la Copa Libertadores. El “Chino” hizo un buen partido el domingo, al igual que el resto de los defensores (Gonzalo Montiel, Javier Pinola y Marcelo Saracchi). Y Gallardo lo destacó.
En esta intención de ir dando pasos seguros, la idea es no frenarse para ir creciendo. Ni adentro ni afuera del campo. El resultado positivo en el Superclásico no cambió el eje y, evidentemente, representa un signo de maduración. Sabe River que aún le faltan algunos jugadores para conformar un plantel con un buen recambio. Es por eso que continúan las gestiones por Silvio Romero (intentarán mejorar la oferta inicial de 4 millones de dólares por el 80 % del pase y esperan que América de México acepte) e iniciaron las gestiones por Bruno Zuculini (en el Hellas Verona). No es para menos. River tendrá un intenso 2018.
Y va por más.