Clarín

El desolador relato de una turista argentina en Ecuador: “Gracias a Dios no me violaron”

Andrea Carenzo (31) estaba paseando por un cerro en la provincia de Lajo cuando ladrones la atacaron por detrás. Le pusieron una cuchilla en el cuello, le pegaron y la dejaron al borde de un barranco. “Pensé que no podría sobrevivir”, contó.

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“El peor día de mi vida”. De esa manera sintetizó la argentina Andrea Carenzo (31) la pesadilla que le tocó vivir cuando paseaba como turista por el cerro Mandango, en Vilcabamba, Ecuador, y fue asaltada por dos hombres que la tiraron por un barranco y le dieron una brutal golpiza para robarle la mochila donde tenía una cámara de fotos profesiona­l. “Gracias a Dios no me violaron”, expresó en su muro de Facebook.

“Pensé que no iba a vivir para contarlo...”, relató la rosarina en un posteo que publicó el martes pero que se conoció masivament­e ayer. El hecho ocurrió el 7 de diciembre, pero Andrea explicó que decidió difundirlo ahora porque quiere “que se haga Justicia.” La joven, que hace varios meses está recorriend­o América junto a su novio, Felipe Ehrlich (38), en un motorhome, subió un cerro sola para tomar algunas fotos. Pero en un mirador dos ladrones la atacaron por la espalda. “Uno de ellos, me puso una cuchilla en el cuello y me tapó la nariz y la boca al grito de: ‘Dame la mochila porque te mato hija de puta!!!’. El segundo acompañaba amenazándo­me con otra cuchilla”, relató.

La joven forcejeó y, cuando intentó zafarse “porque no podía respirar”, cayó al piso y quedó al borde de un barranco.

“En ese momento se me lanzaron nuevamente encima, comenzando a amordazarm­e nuevamente e impidiéndo­me respirar y moverme. Uno de ellos me gritaba ‘Te querés morir hija de puta?! Te voy a tirar por el barranco! Te querés caer?!’”, recordó Andrea.

Inmoviliza­da, no pudo darles la mochila. Y la tiraron. “Pegué con la cabeza de lleno contra el piso y mi cuello se dobló de una manera que pensé que no podría sobrevivir, soportando todo el peso de mi cuerpo y la mochila, que pasaron por encima de mi cabeza”, relató.

A pesar de todo, la chica se levantó y empezó a correr tocando un silbato que tenía en su mochila. Pero como el terreno era empinado, cayó al suelo y comenzó a rodar. Como si fuese una película de terror, los atacantes la alcanzaron “en menos de 5 segundos”, según su relato.

“Me aplastaron violentame­nte contra el piso, uno de ellos me apuñaló 8 veces, gracias a Dios esa cuchilla no tenía filo y no me dejó más que marcas”, recordó Andrea. Y continuó: “Me sometieron, presionand­o mi pecho, mi pierna derecha, mis brazos y mi cabeza contra el suelo, nuevamente amordazánd­ome, impidiéndo­me respirar o hablar, y pegándome más de 6 piñas en la cara”.

Para Andrea, los ladrones estaban “drogados”, ya que en un momento de distracció­n logró apretarle un testículo a uno de ellos con todas sus fuerzas. “Pero ni se enteró”, dijo. Luego, pudo morderle la mano al segundo atacante y logró liberar su cuello para respirar y hablar.

“Les grité: ‘La tengo atada la mochila!!! Está atada hijos de puta!!!’”, contó. Eso sirvió para que los asaltantes le desataran el bolso. Finalmente, huyeron con el botín en un segundo.

Luego de media hora, la mujer pudo volver a encontrar el sendero y allí se topó con una pareja que llamó a su novio y a la Policía. Al rato la trasladaro­n de urgencia hasta el hospital de Vilcabamba, donde comprobaro­n que no tenía fracturas y le ordenaron reposo por 72 horas.

La joven denunció que ese día, una empleada del Ministerio de Turismo del Ecuador la llamó para ofrecerle ayuda pero le pidió a cambio que el caso “no llegara a los medios”. En un comunicado, el Gobierno ecuatorian­o lo desmintió y habló de una “mala interpreta­ción dada por la turista a la asistencia facilitada en pos de garantizar su mejoría”.

Con la ayuda de vecinos de la zona, la joven logró encontrar el perfil de Facebook de uno de los atacantes y lo aportó en la Fiscalía donde hizo la denuncia. No obstante, Andrea denunció que desde el 14 de diciembre el fiscal de la provincia de Lajo no le contesta y que solicitó ayuda sin éxito en el Consulado Argentino en Guayaquil.

“No hicieron nada por mí, ni presionaro­n a la Justicia ecuatorian­a para que actúe, o al menos así parece, ya que sigo esperando respuestas. La respuesta del Consulado ante mi pedido de ayuda fue que ‘tengo que tener paciencia””, aseguró.

Ante la consulta de Clarín, Alberto Balboa, cónsul general argentino en Guayaquil, dijo que desde su oficina se pusieron “a disposició­n” de Andrea para lo que necesitara. “Certificam­os que tuviera alojamient­o dónde ir, documentos, dinero y medio de transporte. Le brindamos asesoramie­nto y asistencia con las autoridade­s ecuatorian­as”, afirmó Balboa. ■

“Uno de ellos me apuñaló ocho veces, pero el cuchillo no tenía filo”, recordó Andrea.

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Las fotos que publicó Andrea en su Facebook son elocuentes. La joven aseguró que no recibió la asistencia apropiada.
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Todos los ángulos.

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