Le dieron 9 años por matar a dos chicos al correr una picada, pero los cumplirá en su casa
Fue en Haedo en 2015 Diego Cuevas atropelló a seis. Dos murieron. La Fiscalía y las querellas habían pedido 18 años de cárcel. Ayer, tras la sentencia y en medio de la indignación, las familias estallaron de bronca en el Tribunal. Según los abogados, no p
Fue dos años y medio después de las muertes de Lautaro Juárez y José Manuel Lastra, ambos de 16 años, y de los gravísimos daños físicos y psicológicos con los que cargan Tato Rodríguez y Cristian Vergara, otros dos de los seis chicos atropellados por Diego Cuevas mientras corría una picada en Haedo. Ayer Cuevas, el conductor que los arrolló, recibió una pena de nueve años de cárcel. Sin embargo, continuará con prisión domiciliaria.
Acusado de doble homicidio simple y cuatro lesiones graves, la Fiscalía y las querellas coincidieron en solicitar una pena de 18 años de prisión para el joven de 21 años, quien llegó al juicio cumpliendo arresto domiciliario.
Por eso, una vez que se conoció el fallo, los familiares de los chicos estallaron de bronca, con insultos y llantos.
Precisamente, el arresto domiciliario era uno de los beneficios que Cuevas iba a perder si los jueces Alejandro Rodríguez Rey, Pablo Gossn y Daniel Leppen, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Morón, hacían lugar al pedido de los abogados Luis Rapazzo y Diego Diéguez Ontiveros y del fiscal Antonio Ferreras.
Por la cantidad y contundencia de las pruebas, los peritajes que comprobaron que Cuevas venía a 127 km/h cuando embistió a los seis amigos en avenida Rivadavia y Maipú durante la madrugada del 5 de abril de 2015 y las declaraciones que dan cuenta de que iba corriendo una picada, los letrados que representan a las víctimas y sus familiares y amigos esperaban que éste se convirtiera en un “fallo ejemplificador”.
“Cuevas demostró un total desprecio por la vida. Lo único que le importó era alcanzar al Bora con el que venía corriendo. Los jueces se tienen que poner los pantalones y aplicar la pena que cabe para este caso”, le dijo a Clarín Luis Rapazzo.
El abogado viene de una previa judicial que lo hace ubicar la vara muy alta para medir la labor del tribunal de Morón. Es que el viernes pasado, los jueces del TOC 1 de San Isidro sentenciaron a 12 años de cárcel a Gustavo Federico Cusato Trias, quien el 17 de enero de 2016 condujo borracho y a contramano sobre la autopista Panamericana, chocó de frente a otro auto y mató a dos amigos que iban en el vehículo.
“Si -a Cuevas- le hubieran dado dos meses menos podíamos ir a Casación y apelar la sentencia. Pero como le dieron justo la mitad de la pena que pedimos, nos inhabilita para apelar”, explicó Rapazzo.“Vamos a estudiar si puede abrirse una posibilidad, pero creo que no”. Sobre la prisión domiciliaria, el abogado agregó: “No hay motivo para que se sostenga, ya que no está ni incapacitado ni enfermo. Entendemos que con la condena, debería ir preso a un penal, pero el Tribunal no revocó la decisión anterior y sostuvo la domiciliaria”.
Según estimaciones del abogado, por los tiempos de la Justicia Cuevas podría pedir libertad asistida dentro de dos años y en dos años más, con dos tercios de la condena, “la libertad condicional”.
“Sólo pedimos justicia por mi hijo. No matamos a nadie, no somos delincuentes. Siempre vinimos en paz. Y ahora este tipo se va a la casa, va a brindar con su familia. Es una burla. El va a estar en la casa, no en la cár-
Ahora él va a brindar con sus padres y ¿nosotros qué? Nueve años de burla le dieron. Por segunda vez, me lo entregaron muerto”
María Angélica Guaraz. Mamá de Lautaro Juárez, víctima fatal
cel. Cómo puede ser que esté en la casa”, reclamó, entre llantos, María Angélica Guaraz, la madre de Lautaro, quien tenía 16 años cuando murió en la embestida. Y agregó: “Hoy, por segunda vez, me entregan a mi hijo muerto, lo volvieron a matar”.
“Me queda un sabor semiamargo porque no estoy conforme con la pena. Hubiera quedado conforme si hu
bieran sido 14 años. Pero me alienta que el presidente del Tribunal, Alejandro Rodríguez Rey, que en causas anteriores votó por homicidio culposo, ahora dio vuelta su voto y habló
del dolo eventual”, que implica mayor condena, dijo también Rappazzo.
Lautaro murió en el lugar de la tragedia, en cambio José, que era su primo y que también tenía 16 años, agonizó una semana en el Hospital Güemes de Haedo.
“Espero que esta Justicia haga justicia y que Cuevas vaya a la cárcel. Sé que no le van a dar 25 años, porque eso no lo consigue nadie, pero con nueve no me conformo porque este
chico no es un perejil”, le había dicho María Angélica a este diario antes del veredicto. Y el fallo de ayer no alcanzó para que deje de sentir que la muerte de su hijo quedó impune.