Clarín

La mujer, los hijos y la suegra planearon el crimen de un hombre

Se enteraron de que iba a repartir su herencia con otros integrante­s de su familia y contrataro­n a un sicario para que lo asesinara. Están presos, mientras buscan al autor material.

- Carlos Guajardo chubut@clarin.com

Dijeron que había muerto en una entradera. Al final,la suegra confesó.

La imagen en el cementerio roza con lo macabro: los dos hijastros ayudan a llevar el féretro donde descansa para siempre el comerciant­e Vicente Maillo. Tienen cara de tristeza, se muestran angustiado­s. Después recibirán abrazos con llantos de otros familiares y amigos del hombre asesinado a puñaladas un día antes. Horas más tarde, José Maximilian­o Maillo, de 34 años, y su hermano Luis Gabriel Maillo, de 23, caerían detenidos junto a su madre, Claudia Susana Reina, de 54 años, y a su abuela, María del Carmen Espiritoso, de 83. La acusación: haber planeado el crimen de Maillo disgustado­s porque no los había incluido en su herencia.

Maillo era muy querido en Río Gallegos, donde tenía dos bazares que había heredado de su padre. Era un hombre trabajador y ahorrativo pero además había cobrado herencias de sus padres y de su hermano Ernesto. En sus cuentas bancarias habría cerca de 17 millones de pesos. Maillo quería repartir ese dinero en vida y los iba a destinar a otros familiares, como a los hijos de su hermano. No tenía en cuenta a su clan familiar más cercano y eso le resultó fatal.

Su esposa, su suegra y sus dos hijastros (a los que les dio su apellido) planearon su asesinato: contrataro­n a un sicario. La autopsia reveló que Maillo estaba sedado en la madrugada del 16 de noviembre, cuando su esposa ingresó con otro hombre a la casa de la calle Corrientes y Zapiola, ubicada en la parte alta del “Bazar Doña Ana”, uno de los que tenía Maillo. Lo mataron en su cama de cuatro puñaladas en el pecho y una en el cuello.

En principio la familia denunció que el comerciant­e había sido víctima de una entradera. Pero obviaron un detalle: en la casa no faltaba nada. Y en el bazar, tampoco. Las cámaras de seguridad (que intentaron borrar los integrante­s del clan) mostraron cómo Claudia Reina junto al sicario intentaban ingresar a la vivienda pero desistiero­n en un primer intento porque en ese momento pasaba una persona por el lugar. Al rato regresaron e ingresaron al domicilio, que abandonaro­n minutos después.

Esta filmación llevó a los investigad­ores de la comisaría 2° a descon- fiar del entorno, algo que se confirmó cuando la suegra confesó tras la detención de toda la familia.

La herencia fue la clave. Hubo también mensajes de texto y de voz de los celulares que indicaban claramente que los cuatro habían urdido el macabro plan para terminar con la vida de Maillo porque no los tendría en cuenta en su herencia.

El comerciant­e era un hombre muy querido en Río Gallegos, la capital de Santa Cruz, de 100 mil habitantes. Tenía dos bazares tradiciona­les en la ciudad. “No creo que haya alguien de Gallegos que nunca haya comprado algo en uno de los negocios de Maillo”, comentaron sus amigos. El hombre tenía 60 años y muchos planes. Uno de ellos, seguir viajando por el mundo con su esposa. Sólo con entrar al Facebook de ella se encuentran decenas de fotos de ellos dos recorriend­o el mundo, en playas paradisíac­as, en cruceros y, a veces, en escapadas a lugares como las Cataratas junto a alguno de sus hijos.

Maillo también se caracteriz­aba por ser un buen “patrón”: les iba a regalar a sus empleados un viaje a cada uno para que disfrutara­n de sus vacaciones. Era un hombre con dinero gracias a los negocios iniciados por sus padres, pero era muy trabajador y sabía disfrutar de la vida. Se había enamorado de Susana cuando ella ya tenía dos hijos. Pero los crió como si fueran propios y además les había dado el apellido. Lejos estaba de imagi-

nar que esa mujer a la que amaba iba a planear su asesinato para poder quedarse con todo su dinero.

Ahora, la Policía busca al sicario, quien sería de Buenos Aires. Hay varias pistas firmes para ubicarlo, según aseguran los investigad­ores.

En tanto los integrante­s de la familia ya fueron indagados por la jueza de Instrucció­n Marcela Quintana y siguen detenidos en distintas dependenci­as policiales, salvo la suegra de Maillo; por su edad, tiene prisión do-

miciliaria.

Pero además de todo esto, las estrategia­s del clan siguen su ruta: la anciana declaró haber sido la instiga

dora del crimen para desligar a su hija y sus nietos. Quiere pagar toda la culpa con la prisión en su casa y dejar que los otros tres integrante­s de la familia queden en libertad.

Dicen en la Justicia que, al menos por ahora, eso no será posible. Pero en causas como ésta, con tanto en juego, nunca se sabe.

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FACEBOOK Familia feliz. Vicente Maillo (60) junto a su esposa, Claudia Susana Reina (54), y a su hijo menor, Luis Maillo (23), en uno de los tantos viajes que hicieron juntos.
 ??  ?? Despedida. El entierro: su hijos José (sin pelo) y Luis, con el féretro.
Despedida. El entierro: su hijos José (sin pelo) y Luis, con el féretro.
 ??  ?? Confesión. La suegra de Maillo, María del Carmen Espiritoso (83).
Confesión. La suegra de Maillo, María del Carmen Espiritoso (83).

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