El gimnasio del poder y las gastadas de Macri
Nada es para siempre. El poder le dice adiós a la mítica sede del gimnasio donde sucedieron desde altas roscas políticas hasta romances del máximo nivel. El Ocampo Wellness Club cierra sus puertas y se va del Barrio Parque hasta la Costanera Norte. Ese gimnasio, donde muchos hombres del actual Gobierno nacional hicieron abdominales, sentadillas y muscularon a pedir de Serafín Dengra, también fue el escenario donde -entre escaladores y bicicletas fijas- nació el amor entre Mauricio Macri y su “hechicera” Juliana Awada. El jueves de la semana pasada, Aldo Giménez, el mítico entrenador del presidente Macri, se marchó y cerró la puerta con candado, dejando atrás las historias de los viejos concurrentes hoy mayoritariamente del PRO, como Federico Salvai, Horacio Rodríguez Larreta, Guillermo Dietrich y unos cuantos hombres de negocios como Marcos Gastaldi o el aboga- do Mauricio D’Alessandro. Todos ellos irán ahora al nuevo local que ocupa media manzana y donde volverán las clases del entrenador Daniel Tangona, lo que garantizará la presencia de las mujeres de todos los empresarios top de Buenos Aires. Pero el plato fuerte lo anunció en voz baja el hombre que entrenó a Macri durante los 8 años de su jefatura de Gobierno de la Ciudad de B uenos Aires: a la inauguración formal, irá el Presidente y prometió ponerse los cortos todos los días a las 7 de la mañana como indicaba su antigua rutina. Ojo con las lesiones...
Hombre de campo
Quien no está entrenando sino todo lo contrario, es el saliente ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile. El fin de semana pasado, se lo vio al hombre de campo ajeno a las actividades deportivas y dedicado al dolce far niente: en una conocida casa de ravioles, ubicada en la calle Peña al 3000, barrio de Recoleta, el radical Buryaile desembolsó $ 700 en efectivo y se marchó, feliz, con 2 bolsas repletas de raviolones. Resta saber si estaba aún ajeno a su salida del gabinete de Macri o si era para celebrar en familia que su próximo destino será Bruselas (Bélgica), como representante argentino ante la Unión Europea. Una indigestión a la derecha...
Gallinas
Pero más allá de cambios de Gabinete y anuncios de reformas, lo que más motivo a Macri en los últimos días fue el fútbol: el ex presidente de Boca no dejó oportunidad de gastar a sus funcionarios hinchas de River, tras la derrota ante Lanús por la Libertadores. El gaste comenzó durante una recorrida por San Fernando, donde había dos “ga- llinas”: el secretario de Presidencia, Fernando De Andreis, y el subsecretario bonaerense Alex Campbell. El miércoles, en el picado habitual de Olivos, Marcos Peña y el secretario de Comunicación Jorge Grecco se sumaron a las cargadas a los hinchas millonarios. Para coronarla, Horacio Rodríguez Larreta habló de “la gallineada de River” en la reunión de Gabinete en el CCK, a pesar de que su Racing también perdió y sufrió los gastes del vocero presidencial Iván Pavlovsky, fan del Rojo de Avellaneda. Marche un Telebeam...
A dieta
La frase vintage que reza que “la política es el arte de lo posible” ha recobrado valor en la Cámara de Diputados. Allí, férreos opositores han probado, una vez más, que una cosa son los dichos y otra, muy distante, resul- tan los hechos.
A fines del mes de mayo de este año, los diputados nacionales dispusieron un aumento en sus dietas. Entonces Clarín reveló que iban a aumentarse 17 mil pesos entre gastos y pasajes y quienes avalaron ese incremento fueron el PRO, UCR y ARI, el kirchnerismo y el Movimiento Evita. A pocos días de las PASO se opusieron el Frente Renovador y el GEN, de Sergio Tomás Massa y Margarita Stolbizer. Pero las elecciones legislativas pasaron y algunos diputados rebobinaron en su crítica al aumento. Hace pocos días, mediante una nota a la Dirección de Recursos Humanos de Diputados, los legisladores del Frente Renovador Claudia Rucci, Liliana Schwindt y Horacio Alonso pidieron cobrar el aumento que, en su momento y en campaña, habían rechazado con vehemencia. Con la dieta no se metan, eh... ■