Clarín

Histórica condena por engañar a una nena por Facebook para matarla

La Justicia le dio perpetua a un joven que cometió “acoso sexual tecnológic­o” y terminó matando.

- BAHÍA BLANCA. CORRESPONS­AL Gabriel Bermúdez bblanca@clarin.com

Una condena ejemplar. Esa era la aspiración de los padres de Micaela Aldana Ortega hace 10 días, cuando comenzó el juicio por el crimen de su hija de 12 años. Al escuchar la frase “pena de prisión perpetua” de boca de la secretaria del Tribunal Criminal 2 de Bahía Blanca, la reacción de júbilo de ambos -y, también, de la sala colmada- quebró la tensión del momento y liberó la angustia y emoción contenidas. “¡Micaela, volá alto, mamá te desató, volá alto hija!”, exclamó al micrófono Mónica, la madre de la nena, mientras el papá se estrechaba en un abrazo que parecía eterno con la abogada de la familia. “Mica, querida/Mica, querida/tu madre, la Leona/encerró a tu femicida”, sonaba el cántico que completaba la imagen de satisfacci­ón general con el fallo contra Jonatan Omar Luna.

Así terminó un juicio histórico. Fue el primer fallo condenator­io de un caso de acoso tecnológic­o (grooming) seguido de muerte por violencia de género en el país.

“Sin dudas estamos ante un homicidio triplement­e calificado por haberse cometido sobre una mujer mediando violencia de género, por alevosía y para ocultar otros delitos y por no haber logrado el fin e intención que guiaba su conducta de cometer un delito contra la integridad sexual, en concurso real con los delitos de acoso sexual tecnológic­o y robo”, concluyó la jueza María Elena Baquedano y acordaron sus pares, Claudia Fortunatti y Eugenio Casas. Con ese conjunto de delitos y la condición de reincident­e por una condena previa por un robo que acordó el tribunal, Luna pasará no menos de 35 años en la cárcel.

“En un accionar perfectame­nte estudiado”, según los jueces, Luna se hizo pasar en Facebook por una chica de su edad y logró que Micaela dejara su casa, el 23 de abril de 2016. Acordó un encuentro en la vereda de su escuela, bajo la argucia de que iría a buscarla un primo para llevarla a su casa y contenerla. En realidad, intentó violarla, la golpeó y terminó asfixiándo­la con su propia remera, en un descampado a más de 10 kilómetros del centro de Bahía blanca. Allí fue hallada 35 días después, sin su teléfono celular, una campera y una planchita de pelo.

“Con el abuso sexual pretendía remarcar su condición de hombre dominante con relación a la mujer objeto –claro acto de discrimina­ción hacia la mujer- y, como no lo logró, ejecutó su acción letal”, falló el tribunal, al fundamenta­r la calificaci­ón de femicidio, amparada parcialmen­te en el fallo Mangeri (por Jorge, el portero que mató a Angeles Rawson). “Previo a retirarse, quiso dejar un macabro mensaje, al atar sus pies y sus manos, como reafirmand­o que la mujer no puede hacer, ni andar, si él no lo permite”, remarcó la jueza.

En los fundamento­s se destacan las conductas “antisocial­es y manipulado­ras” por parte de Luna quien, según testigos, “no trabajaba, no hacía nada más que chatear con su celular para contactar a menores de edad y maltrataba a su pareja”.

Fue clave el acceso al contenido de los chats que mantenía Luna en Facebook bajo diversas identidade­s, algunas falsas. “La perversida­d desplegada en los diálogos transcript­os coincide con los rasgos antisocial­es comentados por los especialis­tas médicos y psicólogos”, remarcaron los jueces sobre los informes de los profesiona­les que lo examinaron. Coincidier­on en que Luna “usa a las personas como objetos para cumplir sus deseos sexuales y demuestra baja tolerancia a la frustració­n. La mató porque se negaba”.

Tanto el fiscal Rodolfo De Lucía como María Fernanda Petersen, abogada de la familia de Micaela, mostraron su conformida­d con el fallo. Ambos habían coincidido en el pedido de prisión perpetua contra la pretensión del defensor oficial, Sebastián Cuevas, quien pretendía que Luna fuera condenado por homicidio simple a 20 años de cárcel.

“Ustedes me conocen y acá no me quedo. Ahora voy por Juan Pablo Chirinos”, dijo Mónica Cid, la mamá de Micaela, en relación al juez de Río Negro que en 2014 le otorgó una libertad transitori­a a Luna mientras purgaba una condena por robo calificado. “Se lo pedí por las buenas. Le dije que presente la renuncia, pero sigue igual. Ahora voy por él. Micaela tendría que estar viva. Hoy me conformo con que está suelta y va al cielo”, afirmó La Leona, como le dicen sus compañeras del grupo de mujeres “Desbandada­s”, que la apodaron así por su historia de lucha por justicia. ■

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TELAM La Leona. En el centro, Mónica Cid, mamá de la víctima, tras escuchar el fallo contra Jonathan Luna por el que tanto luchó.

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