Los tours de compras en el exterior, un golpe de gracia a la industria textil
Se calcula que unos 3,2 millones de argentinos gastaron US$ 2 mil millones en ropa y calzados.
Para la industria textil, la buena nueva es que la actividad dejó de caer. Sin embargo, es una de las ramas industriales que aún no logró resultados positivos y se encuentra todavía un 25% por debajo del nivel que tenía en 2015. Las importaciones, las compras de los argentinos en el exterior, el servicio “puerta a puerta” y el contrabando son algunas de las flaquezas de esta industria que hoy tienen una capacidad instalada del 65%. “Después de un segundo semestre del año pasado muy malo, donde se produjo una caída alarmante, comenzó hace unos meses a registrarse un pequeño rebote de la actividad”, describe Jorge Sorabilla, presidente de la Fundación ProTejer. Según su apreciación, “algunos sectores profundizan la caída y otros recuperan algo pero - en el promedio- la recuperación es muy pequeña”, dice.
Según el último informe sobre la actividad industrial (OIJ) del economista Orlando Ferreres, la rama textil, registró una caída del 0,1%, si se toman los primeros ocho meses del año, versus el mismo lapso del año anterior. En tanto, el último dato oficial disponible (del INDEC), mostró - en julio- una caída interanual de la actividad, del 3%.
La Fundación ProTejer está llevando a cabo, hoy, una jornada anual en la que presentará un informe. La amenaza de las importaciones, un clásico del sector, es uno de los temas más candentes para los empresarios. Claro que las compras en el exterior están alentadas por una fuerte diferencia en los precios que se atribuye a un tipo de cambio “atrasado” y al “costo argentino”.
Según datos de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), en el primer semestre del año la importación de prendas de vestir aumentó 55,2% en kilos y 25% en valores. Y, en el mismo período, las exportaciones de indumentaria se desplomaron 29,3% respecto de 2016.
Uno de los golpes más fuertes que recibe el sector en medio de un consumo interno flojo, es el turismo al exterior y los -tan en boga- tours de compras. El año pasado, unos 3,2 millones de argentinos compraron productos textiles y calzados por 2 mil millones de dólares, de los cuales, se estima que entre el 75 y 80% es indumentaria, según Sorabilla. Sucede que el elevado precio de las prendas en la Argentina, por “la alta presión impositiva”, la posiciona como uno de los mercados más caros y fomenta la compra de los consumidores en países vecinos, como Chile y Paraguay, donde los precios son mucho más bajos. Otra vía de incidencia negativa de la mano de las importaciones es el servicio “puerta puerta”. Se calcula que se entregan unos 5.000 paquetes diarios, 50% textiles.