Clarín

Una operación militar con polémica en el horizonte

El gobierno celebra los resultados del control en la favela. Pero hay versiones acerca de allanamien­tos ilegales.

- Eleonora Gosman egosman@clarin.com

Dos muertos, cuatro presos y un chico de 13 años herido de bala. Esos son los “resultados” de la operación “tenaza” que tendieron alrededor de la Rocinha las fuerzas de seguridad. A esos números hay que sumarle el secuestro de 18 fusiles y una buena cantidad de granadas. Nada que deslumbre frente a la cantidad de tropas que desde el viernes participan del cerco a la comunidad. Las Fuerzas Armadas llegaron con tanques, vehículos blindados, ambulancia­s y armamento para una guerra. Fue un despliegue alarmante para quien lo veía por TV. Pero esa parafernal­ia no sirvió para desalojar a los narcos que todavía dominan los puntos de venta de las drogas en esa favela.

Todo indica que no era ése el propósito. Según definió el ministro de Defensa Raúl Jungmann, si las FFAA hubieran actuado en forma “ostensiva” se habría producido “una masacre”. Aliado del presidente Michel Temer, el funcionari­o sostuvo que “las fuerzas armadas, por el prestigio y legitimida­d, que ellas tienen pasan a asumir un papel que en verdad no les correspond­e. Estas son preparadas para destruir, para enfrentar al enemigo, y poseen un armamento de alta capacidad destructiv­a. Si lo usaran en la Rocinha, se produciría una tragedia”. Sintetizó luego: “Las tropas pueden ayudar, apoyar, pero el papel fundamenta­l es de las policías. Los temas de seguridad deben ser resueltos por esa área y no por el ministerio de Defensa”.

En una entrevista concedida a la Red Globo, el ministro sostuvo que la ciudad de Río es “un enfermo en terapia intensiva. Tiene fracturas, hemorragia interna y hasta cirrosis”. Ocurre que esas laderas empinadas, donde aparecen hileras de casas unas encima de otras, no son aptas para tanques ni blindados. No tienen como llegar al extremo del morro ni tampoco pueden desplazars­e por las zonas de vegetación selvática, donde presuntame­nte se esconden los narcos. Allí es donde aparecen los policías comunes y especializ­ados, como los de los batallones de choque, que conocen la Rocinha. El comisario Antonio Lima explica un poco mejor cuál sería la estrategia. “Hicimos un re- levamiento de los puntos más críticos, con mayor incidencia de enfrentami­entos. Y también de los lugares donde podrían estar escondidas las armas”, indicó. “Nuestro plan es realizar allanamien­tos; pero para eso precisamos de la autorizaci­ón de la justicia”. El permiso judicial no llegó todavía. Pero lo vecinos de la comunidad denuncian que soldados y agentes del Bope han realizado un rastrillaj­e con ingresos ilegales dentro de las viviendas. Se supo de esto a través de WhatsApp, el medio preferido de comunicaci­ón.

De tal forma, las primeras víctimas parecen ser los propios vecinos, que inclusive son “revisados” por los soldados cuando bajan para salir de la región. Basta ser joven para generar sospecha. El general Mauro Sinot, que coordina la operación militar en Río, dijo ayer en el Centro Integrado de Comando que los 950 hombres no tienen plazo para dejar el lugar. “Los resultados de esta madrugada (del sábado) muestra que estamos en el camino correcto”. Para el secretario de Seguridad fluminense, el balance de los resultados “no puede ser mejor”. Para él es un éxito “los cinco presos y las 17 armas secuestrad­as”. Aunque comienzan a haber problemas con esa interpreta­ción. El asunto es que ni siquiera se sabe el número exacto de detenidos. Y ya comenzaron a difundirse versiones sobre allanamien­tos al margen de la ley.

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