Clarín

Un gesto a Beijing mientras se tensa la relación con Washington

- Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

El titán asiático que alguna vez se pensó que podía encarnar la relación más complicada para la administra­ción de Mauricio Macri, teniendo en cuenta las críticas del PRO a los acuerdos de China y Argentina bajo el gobierno K, terminó siendo uno de

los grandes aliados, cuando no el más efectivo socio económico y co

mercial. Es en ese marco que hay que entender la “coincidenc­ia” de hechos ocurridos en los últimos días. Mientras China se abre más a la Argentina, Estados Unidos se cierra con su última decisión de subir los aranceles al biodiésel argentino.

Ayer el Boletín Oficial formalizó la decisión del Ejecutivo de aprobar la construcci­ón de dos represas en Santa Cruz financiada­s por China.

Sin dudas, aunque desde el punto de vista jurídico ya se cumplieron plazos, el gesto del Ejecutivo no puede ser sino leído como un guiño a Chi

na, que también dio otro paso importante en materia comercial hacia la Argentina. Este país se encamina a

volver a exportar aceite de soja nacional al gigante asiático que se había cerrado tres años atrás. Pero además, las autoridade­s sanitarias en Buenos Aires y Beijing tienen avanzadas las negociacio­nes para permitir el ingreso de carne enfriada con

hueso al mercado chino, y hay gestiones con otros productos cuyo objetivo es el de revertir el enorme déficit de la balanza comercial China. El saldo negativo para la Argentina en 2016 fue de U$S 5.800 millones..

“Todo esto se armó en este año y medio de intenso trabajo”, dijo el embajador Diego Guelar, que la semana pasada recibió a funcionari­os argentinos de Agricultur­a y Cancillerí­a.

Un funcionari­o que estuvo en Buenos Aires a cargo de las negociacio­nes reconoció que la relación debe entenderse de manera sistémica. Los chinos habían aceptado modificaci­ones técnicas en el proyecto de las represas de Santa Cruz. Pero al mismo tiempo esperaban con ansiedad a aprobación de las represas en un ejercicio concreto de “toma y daca”. Ya habían puesto 800 millones de dólares.

Al final, el entendimie­nto entre Mauricio Macri y Xi Jinping se tradujo en una serie de proyectos que comprenden U$S 30.000 millones en programas que van desde participac­ión en la renovación ferroviari­a (Belgrano Cargas y San Martín); hay dos petroleras de las más importante­s de China en el país. También avances en proyectos de energía renovable, en la renovación ferroviari­a. Las petroleras más importante­s de China están operando en Argentina. También el banco ICBC. Hay dos proyectos para plantas nucleares para que las cons

truyan los chinos, que también quieran hablar de equipamien­to en Defensa.

Por el contrario, la fluidez que se había tejido con el demócrata Barack Obama ahora está a los sobresalto­s con el proteccion­ismo de Trump..

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