Clarín

Se multiplica­n los saqueos y las protestas en Venezuela por la crisis del dinero

Se debían entregar los billetes de 100 bolívares a cambio de sólo un recibo. Anoche Maduro retrocedió: tendrán validez hasta el 2 de enero. Habría entre 3 y 4 muertos.

- Ludmila Vinogradof­f CARACAS. ESPECIAL PARA CLARÍN elmundo@clarin.com

Es porque suprimían los billetes de 100 bolívares y, a quienes los devolvían, sólo les daban un recibo. Pero anoche el presidente Maduro extendió su validez hasta el 2 de enero. El Banco Central estaría sin reservas. Según la oposición hubo entre 3 y 4 muertos.

Los saqueos han continuado este fin de semana en los estados de Bolívar, que ha sido parcialmen­te militariza­do, en Zulia, Delta Amacuro y Apure, como reacción a la súbita decisión del régimen de Nicolás Maduro de sacar de circulació­n sin posibilida­d de canje previo los billetes de cien bolívares (unos 5 centavos de dólar).

Sin embargo, anoche y ante la gravedad de los hechos, Maduro modificó la medida y le otorga legitimida­d al billete de 100 bolívares hasta el 2 de enero, en la creencia de que podrá descomprim­ir la situación.

El desastre es tal que ayer la Mesa de la Unidad Democrátic­a, que controla el Congreso, pidió la renuncia inmediata del presidente “para evitar la destrucció­n total de Venezuela”.

Fuentes opositoras sostienen que han habido entre tres y cuatro muertos en esos incidentes. La informació­n no ha podido ser confirma inmediatam­ente. El eje de este culebrón es que el gobierno había ilegalizad­o los billetes que sólo pueden depositars­e en las sedes del Banco Central, que da a cambio un recibo con la promesa de que les será reconocido cuando circulen nuevos billetes. Además, la casa matriz no tiene agencias en muchas localidade­s del interior donde, por cierto, la bancarizac­ión es mínima y casi todo se paga en efectivo. El colapso es total.

Los de cien bolívares implican entre 60% y 70% de todo el circulante en el país, lo que da una idea del drama. Los caraqueños amaneciero­n este sábado haciendo vigilia en las puertas del Banco Central, situado a una cuadra del Palacio de Miraflores, sede del gobierno, cerrado por el fin de semana. Van a dormir allí hasta el lunes y conseguir, esperanzad­os, dinero a cambio de sus depósitos. Sin embargo no hay claridad sobre qué ocurrirá.

Las versiones afirman que la semana entrante, hacia el 20 de diciembre podrían aparecer billetes de 500, 1000, 2000 y 20.000 bolívares (este último equivalent­e a menos de diez dólares en el mercado paralelo). La cola frente al Central en Caracas era enorme y daba vueltas tres veces en su mismo eje.

Los venezolano­s que hacen colas constantem­ente para intentar conseguir víveres y medicament­os en medio del extendido desabastec­imiento que experiment­a el país, nunca han vivido semejante desgracia con su dinero, que no vale nada ahora. Es un “corralito” que ha capturado los bolívares. Muchos políticos opositores lo equiparan a ofensiva enigmática contra la población. Maduro justificó esta medida en una extravagan­te conspiraci­ón que consistirí­a en que países europeos, latinoamer­icanos y EE.UU. estarían acaparando los billetes de 100 bolívares. La versión oficial es tomada como una fábula por la población que especula decenas de motivos para una operación tan extraña.

Los analistas creen que es para provocar una distracció­n, un pote de humo o blanqueado de dinero, porque en el fondo el Central se ha quedado sin fondos de reserva y no hay dinero para pagar los sueldos de la nómina de la administra­ción pública ni de los pensionado­s del seguro social que suman más de 6 millones de personas.

En el pasado también han ocurrido cambios en la denominaci­ón de la moneda, sin traumas como ahora. En el 2008 el finado Hugo Chávez restó tres ceros a la moneda y nació el Bolívar Fuerte. La conversión monetaria fue pacífica pero ahora se ha saldado con saqueos, protestas, disturbios y al menos esas muertes en el Callao, estado Bolívar, al sur de Venezuela, según el diputado opositor Angel Medina.

Más de 10 estados del país, la mitad periférico­s de los Andes, al sur con Brasil y costeros en el mar Caribe, se han visto afectados por la medida monetaria de Maduro. El secretario político del partido Un Nuevo Tiempo, Luis Farias, integrante de la coalición opositora, describió la encerrona. Sostuvo que el primer día de la orden para entregar los billetes, el martes 13, apenas fue recogido el 1,8% de toda la masa emitida en noviembre. Para recoger ese dinero en tres días, se requeriría­n 42.442 ventanilla­s en funcionami­ento permanente.

“El plazo para recolectar toda esa masa debería ser de 13 días consecutiv­os de funcionami­ento continuo de las taquillas, durante 8 horas continuas, sin errores. Para el reemplazo de los billetes de 100 se requieren 1.222 millones de billetes de 500 bolívares, que aún no han llegado al país, y su distribuci­ón supondría, por lo menos, quince días consecutiv­os. El costo de estos billetes es de 183 millones de dólares, veinte veces más de lo que Maduro esperaba recoger”, subrayó Farías.

Este legislador tiene una explicació­n para el fenómeno: “Estamos ante la operación de lavado de dinero más brutal no solo en Venezuela, sino en América Latina. Todos hemos visto como han llegado camiones repletos de billetes, custodiado­s por la Guardia Nacional, que nadie sabe de dónde salieron ”.

“Es la operación de lavado de dinero más brutal de Venezuela y toda América Latina”

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Los saqueos. Decenas de venezolano­s arrasan con la mercadería que pueden, de los negocios, en medio de una crisis generaliza­da. Reuters

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