Clarín

La revolución del jean

- Carola Sainz csainz@clarin.com

Es un clásico en revolución permanente. Todos lo usan. Y aunque cumplió 143 años, desde que fue creado por Levi Strauss en 1873, el jean no ha parado de renovarse. Su transforma­ción es sorprenden­te. Más allá de las modas -lavados, roturas, paleta de colores o tecnología aplicada-, ahora su innovación está vinculada al medio ambiente. ¿Podemos hablar de eco-jeans? ¿De diseños sustentabl­es o sostenible­s? Veamos. Fabricar un jean de manera convencion­al requiere litros y litros de agua para cultivar el algodón y realizar los procesos de teñido. Es un diseño que las compañías multinacio­nales intentan perfeccion­ar para usar menos agua y algodón ciento por ciento sustentabl­e o reciclado. Levi’s, por ejemplo, desde 2011 implementa técnicas Water Less, que reducen el agua utilizada en el acabado de las prendas hasta en un 96% y que han contribuid­o a ahorrar más de 1.000 millones de litros. Para 2020 proyectan salvar 50.000 millones de litros de agua y reducir significat­ivamente la huella hídrica total. La firma california­na Patagonia, por su parte, acaba de replantear todo el proceso de fabricació­n, desde el cultivo de algodón, en el cual se utilizan químicos, hasta el teñido que produce millones de litros de agua residuales, que no pueden ser recuperado­s. Solamente el algodón orgánico es cultivado sin la habitual mezcla de pesticidas sintéticos, herbicidas y fertilizan­tes. Encontrar una solución alternativ­a al uso de los métodos de teñido índigo estándar es otro tema. El tono índigo no se adhiere fácilmente a la tela, lo que hace que el teñido requiera muchos lavados. Por eso, la firma desarrolló un proceso que colorea con tintes de azufre que se

adhieren fácilmente al algodón. Así la línea de producción utiliza 84% menos de agua, 30% menos de energía y emite 25% menos de CO2. El desafío del mercado del denim está en lograr procesos amigables con el medio ambiente, que al mismo tiempo produzcan un beneficio económico. ¿Será posible? Según Alejandro Ogando, diseñador de indumentar­ia especializ­ado en Producto Denim, hablar de “sustentabi­lidad” implica reconocer que ese procedimie­nto es costoso y no termina siendo factible por varios motivos, difíciles

de resolver. Entre ellos enumera “la crisis económica general, el tipo de consumidor actual, poco interesado en estos temas o que sólo puede comprar una prenda de bajo costo, y la industria y las marcas que no invierten en ese tipo de tecnología

por la falta de demanda”. Entonces, es aquí donde el experto propone ser “más sostenible que susten

table” y desarrolla­r técnicas que tengan menos impacto en el futuro. “Cultivar algodón orgánico en el país es complejo, porque existe una plaga, llamada el ‘picudo’, que ataca las plantacion­es y solo se puede eliminar con químicos -explica-. Importar algodón orgánico también tiene un costo alto, por lo que hay que empezar a trabajar en los procesos de teñido, encolado de los hilos y la terminació­n de los tejidos para contaminar menos y ahorrar recursos naturales”. La tecnología láser, menciona, reemplaza al

scraping manual, una técnica que consiste en lijar los jeans a mano para dar el efecto de envejecido. Los procesos enzimático­s, donde se utilizan enzimas para realizar el desencolad­o y desgastado en un mismo baño, ahorran agua, al igual que el uso de la máquina de ozono y pulverizad­or integrado, que limpia el excedente del colorante índigo, sin químicos. No hay vuelta atrás. La prenda más democrátic­a del planeta mira al planeta y asume nuevos retos ecológicos.

 ??  ?? Pablo. Descree del trabajo al aire libre, pero plantea que la lectura y el esparcimie­nto sirven para distenders­e y volver con la mente más despejada a la oficina, a la tarde.
Pablo. Descree del trabajo al aire libre, pero plantea que la lectura y el esparcimie­nto sirven para distenders­e y volver con la mente más despejada a la oficina, a la tarde.
 ??  ?? Alejandro. Tiene un taller de diseño en Avellaneda. Usa un bar de Puerto Madero como punto de encuentro con clientes y para seguir chequeando la venta online.
Alejandro. Tiene un taller de diseño en Avellaneda. Usa un bar de Puerto Madero como punto de encuentro con clientes y para seguir chequeando la venta online.
 ??  ?? Oreste. Trabaja en una constructo­ra y para en un bar de Las Cañitas porque a la vuelta está edificando. “Cuando el bar tiene buen acceso a internet, aprovecho para armar planillas”.
Oreste. Trabaja en una constructo­ra y para en un bar de Las Cañitas porque a la vuelta está edificando. “Cuando el bar tiene buen acceso a internet, aprovecho para armar planillas”.

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