“Hay que equiparar el parto por cesárea con el de canal uterino”
Estamos transitando una época donde creamos conciencia y sensibilidad acerca del valor y el peso de las palabras. Buscamos la manera del “buen decir” en el sentido que refleje la inclusión y la aceptación de “los otros” (que también soy yo para alguien). Ultimamente, surgió el dejar de usar “fobia” para todo lo que se relacione con la discriminación a la diversidad sexual (no más homofobia o lesbofobia), para despegarlo de lo patológico.
Quiero compartir algo en lo que vengo pensando hace un tiempo y quizá sea el momento para hacerlo. Cuando nace un bebé se suele preguntar cómo nació, si fue por “parto normal o natural”. Me gustaría que podamos modificar ésta denominación para no estigmatizar a las mujeres que pasaron por una cesárea como si no fuera “normal”. Creo que es difícil de- finir “lo natural”, ya que la tecnología y otras intervenciones humanas están presentes constantemente en lo que hacemos, en cada área de la vida. Entonces, es “natural”, a esta altura del partido, que la medicina ayude a la madre a parir en diferentes formas. No voy a entrar en la discusión de que si se hacen más cesáreas de lo necesario, si es un comercio, etc, etc. Sólo me focalizo en la pena y angustia que puede sentir una mujer por no “cumplir” con lo normal y natural para ser madre.
Creo que ya es hora de equiparar los partos por cesárea con los nacimientos por canal vaginal o canal uterino o como la ciencia médica quiera llamarlo, siempre que no sea peyorativo.