Clarín

Abrazar con el corazón

- Carlos Guajardo, Chubut

Nació sin brazos. Antes se cubría con una camisa hasta que su suegra le dijo que debía mostrarse como era. Es un ejemplo de superación. A los 43, es mamá de Rocío y esposa de Vicente. Aún busca que le paguen una pensión por discapacid­ad.

Cuando tenía que arrancar la primaria la rechazaron en todas las escuelas de Trelew. Sólo una de la zona de chacras (la número 64) la aceptó. Se crió con su abuela y cuando salía se cubría con una capa. Sufrió todo tipo de discrimina­ción pero la siguió peleando. “Hoy soy feliz”, le dijo a Clarín Marcela Jaques. Tiene 43 años y por algo que nadie nunca supo explicar nació sin sus brazos. Cuando tuvo la edad para tomar conciencia de su discapacid­ad, eligió esconderla. Pero después de conocer a Vicente Sales, su marido, todo cambió. “Mi suegra me vio con la capa y me dijo que eso que hacía estaba muy mal. ‘Tenés que mostrarte como sos’, me dijo. Lo entendí y tiré la capa”.

La casa de Marcela y Vicente, en Trelew, está mínimament­e adaptada a su discapacid­ad. Las llaves de la luz están más cerca del suelo y tiene una silla que supera la altura de la mesada para que pueda cocinar. Es que con los años, Marcela desarrolló una gran destreza con sus pies.

Vicente también tiene una discapacid­ad. Cuando trabajaba en una carnicería le amputaron parte de su brazo derecho tras un accidente. De la unión de ambos nació Rocío, que tiene 17 años y está por terminar la secundaria. “Ella se ha convertido en un gran sostén para nosotros”, dicen.

Marcela trabajó un tiempo en la administra­ción pública como telefonist­a. Hasta que tramitó una pensión por discapacid­ad. Pero como su esposo ya tenía una le dijeron que no podían existir los dos beneficios en la misma familia. “Parece que quienes padecemos algún problema físico no tenemos derecho a casarnos”. Por eso viven de la pensión de Vicente: unos 9.400 pesos. Pero aún así la familia sigue adelante. Desde que se conocieron en 1996 nada los separó. “Yo no confiaba mucho en él y mi familia tampoco. Todos pensabas que por nuestros problemas íbamos a durar tres meses. Pero aquí estamos y pasaron 19 años”.

Durante el embarazo tuvo algunos problemas. No tenía equilibrio y corría riesgo de caerse. Por eso los últimos dos meses estuvo en cama. “Pero todo se supera y por fortuna, aunque por cesárea, todo fue normal. Y aquí está Rocío con nosotros”, dice. Y cuenta con un poco de dolor, el último destrato: “Gestioné mi nuevo documento hace dos años. Y me llegó recién. Pero no sé si me sirve. Es que no tiene ni mi huella digital ni mi firma. Y yo hice todo como correspond­e. Y lógicament­e, como puedo”.

En sus anteriores DNI Marcela colocaba la huella digital de su dedo pulgar del pie derecho. Y fir- maba sosteniend­o la lapicera también con dos dedos del pie. Pero al parecer, en algún registro civil de Capital Federal no lo aceptaron. Y ahora que debe viajar a Chile no sabe si podrá cruzar la frontera.

El matrimonio se quebró varias veces durante su charla con Clarín. Pero dejó en claro que nunca van a renunciar a sus luchas. Se abrazaron y dijeron: “Todo se puede aún en la peor de las adversidad­es. Y todo lo hacemos por Rocío. Yo no la puedo abrazarla. Pero mi abrazo es con el corazón”.

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Marcela Jaques MAMA Y ESPOSA
 ?? FELDMAN ?? En familia. Marcela, su esposo Vicente y su hija Rocío.
FELDMAN En familia. Marcela, su esposo Vicente y su hija Rocío.
 ??  ?? “El abrazo del alma”. La famosa foto del hincha que quiere abrazar a Fillol y Tarantini en el Mundial 78.
“El abrazo del alma”. La famosa foto del hincha que quiere abrazar a Fillol y Tarantini en el Mundial 78.

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