Clarín

Acusacione­s y consenso en un histórico debate en España

- Juan Carlos Algañaraz jcalganara­z@clarin.com

No habrá un tercer llamado a elecciones generales después del gran fracaso de los comicios del 20 de diciembre pasado. Los sondeos auguran que la parálisis provocada por la falta de consenso durante meses de gestiones frustradas se repetirá después de las elecciones del próximo 26 de junio. Pero, ayer, los cuatro candidatos del PP, Mariano Rajoy; Unidos Podemos, Pablo Iglesias; Pedro Sánchez, PSOE; y Albert Rivera, Ciudadanos, se comprometi­eron a que no se produzca otra frustració­n que obligue a repetir por tercera vez los comicios.

Por primera vez, ayer por la noche tuvo lugar un debate entre cuatro candidatos a presidente­s del gobierno. Desde las elecciones del 20 de diciembre y sus extensos y frustrados debates, nunca se consiguió que Rajoy se sumara a un cotejo con sus adversario­s. “Si los que estamos aquí nos compromete­mos a dejar gobernar al que obtiene más votos de los españoles, no habrá elecciones”, reiteró Rajoy aunque esta exigencia del PP fracasó en los últimos meses porque nadie la apoyó.

Pablo Iglesias, de Podemos, anunció que iba a buscar una alianza electoral con el PSOE para formar gobierno. La suma de los diputados de Unidos Podemos, que marchan segundos, y los socialista­s, terceros, los pone en la vecindad de la mayorías absoluta y simple en la investidur­a. Pedro Sánchez, PSOE, indicó que los posibles consensos para evitar otro fracaso total dependen “de los votantes socialista­s”. Convocó a los indecisos –el 32% del total del padrón– a “mantener la hegemonía de la izquierda”.

Para todos los comentaris­tas el objetivo de los cuatro dirigentes es influir en el voto del 32% de indecisos y lograr que los votantes que se marcharon de los partidos para apoyar a las fuerzas emergentes (Podemos y Ciudadanos) vuelvan a respaldarl­os en las urnas.

Para Rajoy éste pareció ser su objetivo principal ya que sus ataques se centraron sobre el liberal de centro derecha, Albert Rivera, quien insiste en que no apoyará un gobierno encabezado por el actual presidente en funciones. Este rechazo ha sido reiterado categórica­mente por el PSOE.

Rajoy, que superó el 28% de sufragios y 123 diputados, sostuvo que España “ha mejorado económica y socialment­e”, en la primera parte dedicada a esos dos temas. Sus adversario­s arreciaron en sus críticas destacando una valoración negativa y muy penosa socialment­e.

Pablo Iglesias, el más atacado, se dirigió al socialista Pedro Sánchez y lo conminó a aclarar si va a elegir a favor de un gobierno del PP–PSOE. Esta es la opción que presenta como “una gran coalición a la alemana” Rajoy, que añade el apoyo de Ciudadanos. Estas tres fuerzas tienen diputados de sobra para respaldar un ejecutivo mayoritari­o. Rajoy sostiene que la única alternativ­a lógica es una coalición entre líderes y fuerzas moderadas y sensatas.

Iglesias insistió ante Sánchez que la otra opción, que ellos respaldan, es un ejecutivo de izquierdas, respaldado por Unidos Podemos y el PSOE. “El adversario Pedro es Rajoy” le espetó cada vez que el socialista lo confrontab­a. “Nuestros votantes querrían vernos juntos”, precisó.

Pero Sánchez no aceptó el convite. “Sólo un PSOE fuerte y ganador podrá garantizar el cambio”.

El liberal Albert Rivera respondió a Rajoy que “no hay vetos pero nuestros votantes quieren un cambio político y regeneraci­ón”. A lo largo de estas últimas semanas, Rivera ha insistido en que Rajoy no puede ser la respuesta por su inmovilist­a y la corrupción que envuelve su gestión. En las redes sociales, el líder de Ciudadanos, es el que más apoyos logró y se lo ha proclamado ganador del debate.

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