Polémica en Provincia tras la denuncia de Vidal sobre actos de violencia
La presunción de la gobernadora María Eugenia Vidal sobre comportamientos políticos para provocar agitación social en la provincia de Buenos Aires, tuvo una justificación parcial del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, al advertir que “la violencia la genera el hambre, la desocupación y la impericia de la gobernadora”.
El jefe comunal expresa la versión más consolidada del kirche- rismo en el territorio bonaerense. Niega que su sector organice ese tipo de estrategias que denuncia Vidal. Y se pone a resguardo de las responsabilidades, en caso de agravamiento de alguna de las tres condiciones que detalla.
Este fin de semana, al cumplirse seis meses de su gestión, Vidal comprometió “firmeza” y “límites democráticos” contra quienes “quieren la provincia de la violencia y de la utilización de la pobreza”.
En el oficialismo existen sospechas de algún intento de condicionar la gobernabilidad. “Son sectores minoritarios que consintieron la pobreza durante los últimos años”, había señalado el sábado la gobernadora. El propio presidente Mauricio Macri alertaba también sobre “los que quieren meter miedo”.
Como la palabra encriptada por el gobierno es “cristinismo”, desde ese espacio surgió la réplica: “La expectativa que generaron para el segundo semestre terminó el 10 de junio. Por eso ahora deciden echarle la culpa al otro, profundizando la grieta y demonizando a todo aquel que luche por sostener sus derechos”, dijo el diputado Marcelo Torres (Frente para la Victoria). En el bloque partidario del Senado mencionaron que “es una provocación que apunta a construir enemigo”.
A buena distancia del enfrentamiento, desde el Frente Renovador de Sergio Massa se limitaron a criticar la administración macrista: “Sólo podemos hablar de buenas intenciones y pocos hechos de gobierno”, cuestionó Jorge D’Onofrio, titular del Frente Renovador en el Senado. Y el diputado Pablo Garate (FR) también atribuyó a Vidal “poca gestión”.
Massa no quiere apologías tardías como “la violencia de arriba engendra la violencia de abajo”, menos ahora que restableció acuerdos con la gobernadora. ¿Quién está para esos menesteres?. Según el ministro de seguridad. Cristian Ritondo, son “los que ponen pie- dras en el camino” para que le vaya “mal” al gobierno.
Residuales de esa conducta sería por ejemplo –y lo mencionan en la Gobernación– el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. El ex funcionario utilizó dudosa equivalencia cuando declaró que “(Rafaél) Videla tiraba gente al mar, pero no le sacaba la comida a la gente”. Fernando Esteche (líder de la agrupación Quebracho, cercana al ultrakirchnerismo) directamente asume la rebelión popular.
En el necesario desmalezamiento político, el vice de Diputados, Manuel Mosca (Cambiemos), aunque calificó de “irresponsable” la actitud de Ferraresi, le sugirió que “vea la actitud de diálogo que tienen” sus colegas peronistas del Conurbano, Gabriel Katopodis, de San Martín, y Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora. “Ferarresi justifica la violencia, cuando nosotros sentimos al recorrer la provincia otra cosa. La gente la puede estar pasando más, pero no es violenta”, dijo.