Los precios y el dilema del fin del cepo
El 16 de diciembre, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, anunció el fin del cepo y la liberación cambiaria, que implicó dejar flotar el dólar y abrió muchos interrogantes, entre ellos uno esencial: ¿cuál será el traslado a precios, especialmente en el caso de los alimentos, de una suba del orden del 40% en el precio del dólar?
Las consultoras privadas –el INDEC anunció que dejaría de medir precios por un tiempo– comenzaron a afinar sus mediciones en el intento de comprobar, entre otras tendencias, si ya había precios que se habían adelantado al salto cambiario, como ocurriría en el caso de la carne y de algunos lácteos.
Dos de ellas, el Estudio Bein y Elypsis, del economista Eduardo Levy Yeyati, detectaron un movimiento similar: subas importantes hasta la tercera semana de diciembre y cierto aquietamiento después de la devaluación.
Según Elypsis, en la tercera semana de diciembre la inflación había subido a 4% mensual impulsada por los rubros alimentos y bebidas ( 7,6%). Y en doce meses se aceleró al 26% en comparación al 25,1% de la semana pasada.
Entre las subas, la del pollo (con 20,2%) encabeza al ranking, seguida por la carne vacuna, con 15,2%. El tercer puesto lo detentan los aceites, con 5,5%. Además, los medicamentos experimentaron un salto de
9,6% en un mes. En el pequeño mundo de los economistas, se toma como evidente que una deva- luación de la moneda se hace para favorecer las exportaciones y mejorar el nivel de reservas del Banco Central, lo que posibilita, a su vez, usar esas divisas para permitir importaciones que contribuyan a mejorar el nivel de actividad de la economía.
Y, también, se habla con cierta liviandad del proceso de traslado a precios de esa devaluación, que impulsa un aumento de los alimentos con impacto de lleno en el poder de compra de los ingresos de los trabajadores.
Ese partido entra en semanas decisivas. De ahora en más, la puja estará entre los precios y los primeros bosquejos para los reclamos sindicales.
Mientras tanto, habrá que seguir de cerca si el dólar de $ 13,31 de cierre del miércoles se afianza o no en esos niveles.
La serenidad cambiaria después del salto del dólar y el fin del cepo será un tema a monitorear mientras se mira si el Banco Central es capaz, de ahora en más, de volver a llenar las arcas con dólares genuinos y contantes y sonantes, para volver a poner en funcionamiento una economía que hace cuatro años está estancada y bajo los efectos de la estrategia que agonizaba.
El punto ahora es si la serenidad cambiaria se afirma y ayuda a revertir el estancamiento de la economía