La UE ampliará la operación militar contra traficantes en el Mediterráneo
Desde octubre atacarán las embarcaciones utilizadas por las bandas, siempre que se encuentren fuera de las aguas costeras libias.
La operación militar de la Unión Europea (UE) contra las bandas criminales de traficantes de refugiados en el Mediterráneo será ampliada previsiblemente a principios de octubre, según anunció ayer en Luxemburgo la responsable de la política exterior común del bloque, Federica Mogherini.
La extensión de la operación militar permitiría a los barcos de guerra europeos, anclados desde junio en el Mediterráneo, detener y destruir fuera de las aguas costeras libias barcos de las bandas de traficantes de personas. Los presuntos criminales serían detenidos. Actualmente, la operación militar se limita a recoger información y rescatar refugiados náufragos.
Según se ha observado en las úl- timas semanas, los barcos de los traficantes ilegales abandonan con frecuencia las aguas costeras libias para escoltar durante un trayecto más largo las embarcaciones cargadas con migrantes que se dirigen a Italia.
Algunos traficantes, incluso, intentan llevar de regreso a la costa libia las embarcaciones usadas para el transporte de los refugiados. Esto es posible si los refugiados son rescatados por las tripulaciones de buques de carga y las naves utilizadas son abandonadas intactas en aguas del Mediterráneo.
Según fuentes diplomáticas comunitarias, para una segunda fase de la operación contra los traficantes de refugiados se necesitan otros siete buques de guerra, de los que cuatro deberían operar en forma permanente cerca de la frontera marítima libia.
Los planes prevén también futuras operaciones militares en las aguas territoriales de Libia y frente a las costas del país norteafricano, pero su aplicación es incierta porque se requiere a tal efecto un mandato de Naciones Unidas, o por lo menos el consentimiento de las autoridades libias.
Hasta ahora las bandas mercenarias de traficantes se distribuyen con absoluta impunidad la extensa costa libia, ya que el país se encuentra en un caos político. El gobierno está dividido en dos sectores y permanentemente hay enfrentamientos armados entre facciones opuestas.
Los refugiados suelen pagar entre 1.000 y 2.000 dólares por una persona en una lancha neumática que los lleve a una de las cercanas islas griegas o italianas. Pero los naufragios son frecuentes porque el oleaje es muy fuerte y termina dando vuelta los botes.
También se utilizan pequeñas embarcaciones de pescadores que son sumamente frágiles, y donde los desesperados refugiados van hacinados. El impacto de las olas y el desplazamiento de los inmigrantes hacia un costado suele provocar con el hundimiento de la nave.
Organismos de Naciones Unidas contabilizaron hasta el momento más de 2.800 muertos a causa de estos fallidos intentos por llegar a Europa, aunque se cree que el número real es mucho mayor. Las autoridades europeas buscan ahora eliminar estas bandas y así cortar de cuajo el tráfico de personas en el Mediterráneo.