A solas con Tevez
Carlitos exhibe su felicidad por haber vuelto a la Selección y también a Boca. Y recuerda: “La realidad es que nunca estuve en los planes de Sabella. Eso me dolía y me enojaba, yo estaba haciendo las cosas muy bien y merecía estar”.
Le dijo a Clarín en Houston que su motivación más grande es representar al país. Esta noche, la Selección juega contra Bolivia.
Sonriente y predispuesto a la charla, Carlos Tevez brinda la imagen de un hombre feliz. Está vestido con una bermuda azul, una chomba de color blanco de la Selección, ojotas azules y medias. Un look relajado, típico de concentración. Confiesa que “de uno a diez, mi felicidad es un nueve porque siempre se puede estar mejor”, y suelta que prefiere estar con esa ropa antes que con los trajes que solían obligarlo a usar en los tiempos recientes de la Juventus, donde fue genio, goleador y figura. El delantero que fue capaz de motivar el lleno de la Bombonera el día de su presentación como refuerzo de Boca es hoy un hombre de 31 años cuyas prioridades son muy diferentes a las de hace doce años. En 2003, en medio de los festejos por la obtención del torneo Apertura, fue capaz de subirse al travesaño de uno de los arcos de la cancha de Racing para cantar junto a la hinchada de Boca: “La Selección, la Selección, se va a la puta que la parió”. Fue porque rechazó ir a jugar el Mundial Sub-20 de Emiratos Arabes para quedarse en Boca, que además se preparaba para jugar la Intercontinental que le ganaría al Milan en Japón.
Estoy con Mascherano, no le hace bien a nadie lo que pasa en AFA. Hay que ponerse de acuerdo lo más rápido posible por el bien de todos”.
gador del pueblo hoy no lo volvería a hacer. “No hay una motivación más grande que representar a tu país”, le dice a Clarín aquí en Houston un ratito antes de irse a almorzar junto a sus compañeros.
-¿Durante la era de Sabella llegaste a pensar que no jugarías más en la Selección?
-No, la verdad que no se me pasaba por la cabeza no volver a la Selección. Sabía que con el cambio de entrenador iba a volver. Ahora hay que ir paso a paso e ir agarrando confianza porque se vienen las Eliminatorias y el año que viene, otra Copa América.
-¿Estabas resignado a que Sabella nunca te llamara?
-La realidad es que nunca estuve en sus planes. Eso me dolía y me enojaba, yo estaba haciendo las cosas muy bien y merecía estar, pero el entrenador es el que decide. Igualmente, ahora quiero mirar hacia adelante.
-Martino tiene pensado ponerte el martes, contra México en Dallas, de entrada junto a Messi. ¿Cuánto te entusiasma esa chance?
-Siempre jugar con Messi es muy lindo. Disfruto mucho jugar con él, con el mejor del mundo. Ojalá que podamos jugar juntos.
-Cuando se rumoreaba que Messi se quería tomar un descanso de la Selección, ¿qué pensabas?
-Conociéndolo a Leo, sabía que no se iba a ir. El deja todo por la Selección y creo que hay que empezar a valorar todo esto que siente por la
Selección.
-¿Ustedes le dicen que no les haga caso a ciertas críticas?
-No hace falta que nosotros le digamos que no le bola a la prensa. Pero más allá de eso, no son buenas las barbaridades que se dicen de Leo.
-¿Cómo te estás sintiendo con tu vuelta a Boca?
- Estoy disfrutando muchísimo. Disfruto de ver a mi familia en la cancha, volver a casa y después seguir comentando con ellos todo lo que vivo en Boca. Sé que la gente hace mucho esfuerzo para ir a ver a Boca y eso es lo que yo les transmito a mis compañeros. El domingo, cuando empieza la función, los actores tenemos que estar mil puntos.
-Siempre dijiste que tu idea era volver a Boca. ¿Hubo algo en particular que te haya decidido a regresar?
-Es como decís. Siempre tuve ganas y sabía que iba a volver. Pero me decidí cuando vi el Superclásico de la Copa en el Monumental. Quería estar jugando ahí, ayudando a mis compañeros. Después, los incidentes en la cancha de Boca me hicieron dudar sobre la vuelta. Me di cuenta de que el fútbol argentino seguía igual, pero las ganas de jugar de nuevo en Boca fueron más fuertes.
-¿Quedaste molesto por no poder jugar el clásico con San Lorenzo?
-Lo que más me molesta de todo es que los jugadores siempre quedamos en el medio de las decisiones de los dirigentes.