Una duda y mil certezas
Garay se entrenó aparte y el DT todavía no resolvió su inclusión. Los otros 10 y la idea de juego no se tocan.
Hay una duda en el equipo que presentará Gerardo Martino para la final de la Copa América. Ezequiel Garay ayer se movió de manera diferenciada (junto al operado Andújar, desafectado) ya que se recupera de la gastroenterocolitis que lo desafectó de la semifinal y su presencia para mañana es una incertidumbre. De todas maneras, la intención que gira y gira como un trompo en la mente del entrenador argentino no variará por un nombre u otro en la última línea. El Tata piensa en no manosear casi nada del juego de su equipo, ese que lo dejó conforme ante Colombia y Paraguay más allá de algunas fallas puntuales.
La idea de Martino se mantendrá, de eso se puede estar seguro. La apuesta por la tenencia de la pelota y la presión seguirán siendo la bandera futbolera celeste y blanca en el Estadio Nacional de Santiago. Habrá ajustes, claro. Lo dijo el DT
Ezequiel Garay mejora y no está descartado. apenas terminado el 6-1 contra el conjunto dirigido por Ramón Díaz: “No me gustó que el equipo no haya generado tanta presión para recuperar la pelota. Muchas veces dejamos jugar a Paraguay y no presionamos en el campo rival ni en el nuestro. No podemos permitirnos eso”, sentenció.
Al margen de la goleada, en la primera parte del encuentro del martes la Selección no realizó el trabajo de ahogo sobre el rival que sí llevo a cabo con solvencia en los cuartos de final. Martino quiere que sus futbolistas hagan justamente el mismo ejercicio de pressing que contra Colombia (curiosamente en ese duelo faltó concretar los goles). Sabe el Tata que con espacios, el Chile de Jorge Sampaoli no perdona. Lo ha demostrado a lo largo de esta Copa América que lo tiene como anfitrión.
Ser el dueño de la posesión del balón será vital para la idea del técnico rosarino. El mayor problema puede presentarse cuando a la Argentina no le toque manejarla. Los hombres de ataque serán los que atosiguen la salida del fondo chileno. Y la labor de Mascherano y Biglia para mantenerse firmes a la hora de la contención será otra de las cuestiones a reforzar. Así como también el retroceso -el mayor déficit- cuando el adversario, en este caso un equipo que le aplica una dosis de vértigo elevada al ataque, logre atravesar el círculo central. Estar finos en la salida del arco propio será otra de las claves. Chile también propondrá un juego de mucha presión. Y un error abajo, como ocurrió con Paraguay en el descuento de Lucas Barrios, podría ser determinante.
Presión, posesión y definición. Los ejes de la idea que Martino trajo bajo el brazo cuando llegó a la Selección y que no negociará en el partido más importante que le tocará afrontar en un ciclo que recién está aflorando.