Buscan que no se les tire más con comida a los recién graduados
La facultad de Ciencias Económicas de la UBA ofrecerá canjear la harina y los huevos por cotillón para celebrar.
No está claro cuando fue que empezó la tradición de tirarle huevazos a los egresados universitarios, pero sí es seguro que con el correr del tiempo dejó de ser una cosa lúdica, una broma de amigos y familiares, y se transformó en un ritual violento e incomprensible, en donde se desperdicia una gran cantidad de alimentos. Para cambiar esa tradición, la Facultad de Ciencias Económicas intentará proponer desde mañana un nuevo festejo, que combina cambio cultural con solidaridad. La propuesta es sencilla: los familiares y amigos del egresado pueden canjear esos alimentos que le hubieran tirado al egresado por un kit de cotillón, en un stand en la entrada de la Facultad. Y esos alimentos que se hubieran desperdiciado serán distribuidos a comedores a través de la Red Solidaria, que encabeza Juan Carr. La iniciativa se llama “Festejos Responsables. Recibite con un 10” y será presentada oficialmente mañana en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
“Creemos que el cambio es posible. Antes se fumaba en los bares y en las aulas. Parecía imposible cambiarlo y sin embargo se logró. Creo que esto es mucho más sencillo y parece increíble que esta tradición siga”, dice Federico Saravia, secretario de bienestar cultural de la Facultad de Ciencias Económi- cas. Es común ver familiares y amigos de los recibidos llegar con bolsas de alimentos, que luego se desperdician por una tradición. “Si le preguntás a la gente no sabe responder porqué lo hace. Ojalá podamos generar un cambio cultural que se extienda a otras universidades. Es una responsabilidad que nos debemos como comunidad en general”, explica Saravia
Por año, sólo en la Facultad de Ciencias Económicas se gradúan cerca de 3.500 estudiantes. Teniendo en cuenta que por cada recibimiento de un alumno se desperdician como mínimo 2 kg de comida, según un cálculo aproximado, se estima que se tiran a la basura 7.000 kilos de alimentos por año. Y esta es una actitud que se replica en todas las universidades: en las escalinatas de la calle Paseo Colón de la Facultad de Ingeniería de la UBA, en los diques de Puerto Madero por la Universidad Católica, sobre la calle Mario Bravo por la Universidad de Palermo y también en las universidades del interior.
Según dicen los organizadores, la prueba de fuego para medir el alcance de la iniciativa será a finales de cuatrimestre, fecha con muchas mesas finales y gran cantidad de alumnos recibidos. Pero desde mañana las bolsas de cotillón ya están listas para homenajear a los futuros egresados.