Ecos por el segundo paro contra Cristina
Subestimar a la clase trabajadora, no es saludable para la Presidenta. El paro nacional fue ejemplar. No dudo de que seguirá por el camino de la necedad y de la soberbia.
La Presidenta sigue sin escuchar, sigue faltándonos el respeto, pero a esta falta de respeto, de una mala gestión de gobierno, ante una crisis inflacionaria que parece no tener límites, de salarios flacos, de jubilaciones deprimentes, de una inseguridad que paraliza, y de una corruptela que aumenta, sigue manejando los hilos de la Justicia atropellando las instituciones a su capricho.
Las calles de la ciudad mostraron una inactividad pocas veces vista ante la convocatoria de un paro nacional, que fue irónicamente descalificado por el propio jefe Gabinete, por los ministros, por el oficialismo y por la Presidenta, que mientras sigue despilfarrando nuestro dinero con sus desprolijos actos a través de la cadena nacional, la clase obrera, los jubilados, luchan por un mejor salario.
¿Es que sólo vamos a esperar hasta el 2015, y después qué? ¿Qué nos deparara el camino que nos toca seguir hasta el 2015? Más inflación, más inseguridad, más desempleo, más pobreza, más bolsillos flacos?
Beatriz Lopapa
bmlopapa@gmail.com
Es horrible que la Presidenta, desde un atril, haya hecho de la ironía la forma de comunicarse con su pueblo. A la mayoría le resulta irritante tener que aceptar la diatriba presidencial, que incluye mohines, coronados con risas, aplausos o vítores del grupo de actores de reparto que acompañan sus apariciones por cadena nacional. Los argentinos están preocupados por el fuerte ajuste al que los llevó el Gabinete de ministros. Los linchamientos, sumados al masivo apoyo al paro general, nos dan una clara idea de cuál es el humor social imperante. Es deseable entonces que los últimos meses que le restan a esta administración los transite en la mayor austeridad gestual. Con eso sólo, el Gobierno habrá hecho un aporte valioso a la convivencia en paz.
Otto Schmucler
oschmucler@gmail.com