Llega una primavera muy calurosa
Según los expertos, se fue un invierno con “variabilidad intraestacional” (dos estaciones en una) y un nuevo récord de 35,3°. La primavera también tendrá temperaturas por encima del promedio.
Después de un invierno “anormal” por los picos de frío y de calor, prevén unos meses más cálidos y con muchas lluvias.
Si se tratara de un vecino, hacer la descripción sería más fácil: esquizofrénico. O bipolar. Hoy está eufórico, mañana depresivo... Pero el diagnóstico pretende describir a una estación del año: el invierno. “No fue normal”, asegura el climatólogo José Luis Stella, del Servicio Meteorológico Nacional ( SMN). Días de mucho calor y días de mucho frío, uno atrás de otro, se alternaron. “Tanta variabilidad en la misma estación fue algo llamativo: no pasó en los últimos años”, le dice a Clarín Héctor Ciappesoni, el director del SMN.
Este invierno pasaron por Buenos Aires cinco olas polares: una en junio, otra en julio, dos en agosto y la última que terminó a principios de esta semana. También, cuatro períodos de intenso calor, en junio, en julio, a fines de agosto y en la segunda semana de septiembre. En ese marco, este invierno el ter- mómetro pasó los 20° en 25 días distintos sobre 92. Notable. Antes, en las primeras semanas de junio, hubo ocho días más en los que se superaron los 20°. El jueves 13 de junio, por ejemplo, pareció verano: la gente disfrutó la tarde con 25°. Pasaron cuatro días y el amanecer trajo 3°. Por ese tipo de saltos, el gráfico de las temperaturas invernales quedó pintado con montañas y depresiones.
En septiembre, el martes 10, se batió el récord de calor en la Ciu- dad para el noveno mes del año, con 35,3°. La marca también fue mayor al récord histórico de octubre. Cuatro días después de esa tarde insoportable, Buenos Aires se despertó con seis grados.
En esos días al rojo vivo, los del récord, una masa de aire caliente y seco del Norte bajó por el país hasta la Patagonia. Se propagaron incendios, con epicentros en Córdoba y San Luis. Una semana después, nevó en Córdoba y San Luis.
La tormenta de Santa Rosa –que según la tradición ocurre el 30 de agosto– pasó de largo y hubo agua varios días más tarde. Fue un invierno más bien seco. En Capital, en junio, julio y agosto cayeron 122 milímetros de agua, menos de los 200 milímetros habituales. Pero, de golpe, se juntaron días feos y el mes de septiembre se transformó en el sexto más lluvioso de la historia, con 165 milímetros de agua.
Stella sonríe: “Fue más difícil hacer pronósticos por la inestabilidad. La temperatura promedio del
invierno estuvo en valores normales, pero con cambios bruscos en el seguimiento día a día”.
¿Qué pasó? En el SMN admiten que no es fácil explicarlo. No hubo corriente del Niño, ni de la Niña, por lo que la influencia “externa” fue neutral. Los vientos atmosféricos se mostraron caóticos y pesó la “variación intraestacional”. Así, dominaron frentes de aire cálido que llegaron desde el Norte y otros de aire helado que treparon desde la Antártida, alternándose.
“Científicamente no está probado que este invierno atípico tiene que ver con el cambio climático, pero sus características coinciden con lo que propone esa teoría: que se van a ver más episodios anormales”, aclara Stella. Y adelanta que no puede decirse que de ahora en más los inviernos vayan a ser como este que hoy baja el telón.
“Va a ser una primavera calurosa, pero puede pasar lo mismo que en el invierno: que tenga oscilaciones”, advierte el climatólogo. En los antecedentes se observa una tendencia hacia las temperaturas elevadas. Si se buscan las diez primaveras más cálidas en la Ciudad y GBA, se nota que seis ocurrieron en la última década, incluyendo la de 2012. El termómetro sube. Pero en el SMN dicen que hay muchos motivos, entre otros, la mayor urbanización, que retiene más calor.
Según el pronóstico, la temperatura promedio de esta primavera podría estar por encima del valor histórico promedio, que es de 17,3°. En el archivo, sus marcas máximas promedian 22,2° y las mínimas 12,7°. Pero los antecedentes mandan: el año pasado tuvo una temperatura promedio de 18,5°, más de un grado por encima de la referencia. Suele caer bastante agua en primavera. Octubre y noviembre son los meses más lluviosos. Dice Stella: “No esperamos que se superen valores normales, de unos 300 milímetros, pero si nos guiamos por los saltos que venimos viendo no podemos descartar que haya algún episodio inesperado”.
Se espera que mañana la primavera empiece sin lluvias, con el cielo parcialmente nublado, una máxima estimada en 18°, una mínima de 8° y mañanas frescas hasta el martes. Si no ocurre otro cambio brusco.