Clarín

El “escrache” de Bonafini empezó con Argibay, pero sin revelacion­es

Dijo que las Madres sólo presentará­n datos de los jueces para que el “pueblo evalúe”.

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En medio de la presión del oficialism­o a la Justicia para lograr una resolución favorable sobre la inconstitu­cionalidad de la ley de medios, la titular de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, había anunciado que iba a revelar datos ocultos de los jueces de la Corte. Ayer, durante la habitual ronda de los jueves en Plaza de Mayo, Bonafini se limitó a detallar el currículum de la jueza María del Carmen Argibay.

“Las Madres no vamos a hacer ninguna apreciació­n, y el pueblo evaluará”, aclaró antes de leer los datos de la ministro de la Corte, y se limitó a comentar genéricame­nte que: “Hay jueces buenos, hay jueces malos, hay de todo. Entonces elegimos y el día de hoy (por ayer) vamos a empezar a leer la his- toria de la señora Argibay”.

En los primeros días de enero, Bonafini llegó a amenazar con entrar a Tribunales y había lanzado duras críticas a los jueces, a los que acusó de “estar a favor de los campos de concentrac­ión”.

En el informe de ayer, Bonafini recorrió las etapas fundamenta­les de la carrera de la jueza, desde sus comienzos hasta el cargo actual en la Corte. Argibay fue propuesta para integrar el máximo tribunal en 2003 por Néstor Kirchner con el fin de renovar la Corte Suprema. Bonafini recordó ayer que Argibay fue “la primera jueza elegida por un gobierno democrátic­o para integrar el más alto tribunal de justicia de Argentina”, y que Kirchner la había indicada “debido a la considerac­ión que se tenía de ella en el

Las madres no vamos a hacer ninguna apreciació­n, y el pueblo evaluará. Hay jueces buenos, hay jueces malos, hay de todo”. Hebe de Bonafini

ámbito internacio­nal”.

Argibay llegó a la Corte el 3 de febrero de 2005, luego de que su designació­n fuera aprobada por el Senado. Según recordó Bonafini ayer, su incorporac­ión había suscitado una dura resistenci­a de algunos sectores de la sociedad, en particular de los sectores más con- servadores de la Iglesia Católica que había declarado que la jueza se hallaba “políticame­nte más cerca de la izquierda que de la derecha”, que era una “atea militante”, y que apoyaba el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

Durante la lectura, Bonafini remarcó la lucha por el juzgamient­o de los crímenes de lesa humanidad que protagoniz­ó Argibay. Señaló que la jueza “fue una de las pocas magistrada­s que participó del juzgamient­o de tales crímenes de lesa humanidad”. También sostuvo que la jueza “defendió su voto sobre indultos” y “justificó que se expidió en contra de la inconstitu­cionalidad del perdón porque se trataba de ‘cosa juzgada’”.

“‘La ley está por encima de las conviccion­es personales’, argu- mentó. Por eso ella defendió esa ley, porque su convicción era que había que aportar a la ley”, puntualizó Bonafini.

Las amenazas de Bonafini de ir a Tribunales habían motivado que el fiscal general Diego Nicholson la denunciara y pidiera que se reforzara la custodia policial del Palacio de Tribunales, ante la falta de respuesta del Poder Ejecutivo frente a esas duras advertenci­as.

Ayer, Bonafini explicó que no fue a Tribunales por las dificultad­es que trae el calor, pero igual inició su campaña con Argibay, una jueza que no genera en el kirchneris­mo la desconfian­za que despiertan por otros integrante­s del máximo tribunal. Bonafini no anticipó cuál es el próximo juez de su lista.

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DYN/ LUCIANO THIEBERGER Escrache a medias. Bonafini leyó “la historia de la señora Argibay”, pero sin cuestionam­ientos./

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