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“LA COMPETENCI­A Y EL EGO NO SON PARA MÍ” GERÓNIMO RAUCH

- TEXTO MARCELO FERNÁNDEZ BITAR (ENVIADO ESPECIAL A MADRID) FOTOS RF Y ARCHIVO CLARÍN

Gestualida­d musical. Gerónimo Rauch ha actuado y cantado en los títulos más importante­s del musical internacio­nal, sin haber pasado nunca por Broadway.

En Madrid, la caminata por la sierra es mi vida, y en Londres era similar, porque estaba cerca del Finsbury Park, con ciervos y zorros. En Buenos Aires, soy más urbano.

El ex cantante de Mambrú se destaca como una de las voces más poderosas del musical europeo, pese a su bajo perfil. En días, llega al Colón para interpreta­r una antología de sus canciones favoritas. “Estoy planteándo­me el retiro de los musicales”, adelanta a los 46 años.

Un “ciudadano del mundo”. Así se podría definir a Gerónimo Rauch, el gran cantante-actor argentino que se especializ­ó en musicales y lleva casi dos décadas protagoniz­ando obras que son verdaderos clásicos, primero en Buenos Aires y luego en Londres y Madrid. Por ejemplo Jesucristo Superstar, Chicago, Les misérables, Sunset Boulevard y El fantasma de la ópera, que representó en inglés en el West End y en español en la Gran Vía madrileña.

A quienes la cara de este porteño de 46 años no les suene, les bastaría volver hasta 2002, cuando en el reality Popstars, fue elegido para formar parte del quinteto Mambrú (digamos, la versión masculina de Bandana). Tan inquieto como creativo, también fue dando forma a una discografí­a solista singular. Se atrevió con éxito a cantar versiones orquestada­s de clásicos de sus amados Beatles, en el álbum Here, There and Everywhere, allá por 2016. Luego, dos años después, grabó un homenaje a los cantantes latinos más románticos (Porque yo te amo), donde sale airoso actualizan­do a Raphael y Sandro. Muy pronto, se editará una colección de canciones del famoso autor de musicales Frank Wildhorn, bautizado Chapter One, todas cantadas tanto en inglés como en castellano. En pocos días saldrá el primer single, con Un nuevo amanecer.

Por otra parte, quiere ir profundiza­ndo su tarea como productor, una faceta que lo entusiasmó al hacer en Madrid una versión teatral de Los puentes de Madison y un recital en el porteñísim­o Teatro Avenida con grandes éxitos de musicales, que bautizó Las canciones de mi vida.

Y como si eso fuera poco, también ha dado algunas masterclas­ses, incursiona­ndo así en el terreno de la docencia, otra de sus vocaciones.

Por lo visto, bien atrás quedó su paso por Mambrú, que fue un fenómeno entre 2002 y 2005, marcando a una generación con hits como A veces. El Rauch de hoy es completame­nte otro: nómade, consagrado, internacio­nal.

Al Colón

El 22 de julio, Gerónimo “Gero” Rauch se presentará en el Teatro Colón con un repertorio que combinará Las canciones de mi vida con un anticipo de Chapter One. La lista de canciones incluirá Bring Him Home de Les Misérables, Music Of The Night de El fantasma de la ópera, María de West Side Story y hasta la versión tanguera de Roxanne del filme Moulin Rouge. Lo acompañará la Buenos Aires Broadway Orchestra y contará con la dirección de Tomás Mayer Wolf, integrante de la formación actual de Les Luthiers.

Actualment­e está disfrutand­o de unos inusuales días libres en Madrid, donde vive en las afueras, muy en las afueras: en las sierras, entre ciervos y jabalíes. Allá, en la capital española, terminó una temporada de El fantasma de la ópera y recién volverá a escena en septiembre. Por eso ideó este concierto especial en Argentina.

Para charlar de este intenso presente, donde bien se podría decir que está en el mejor momento de su carrera, fijó un encuentro en un pequeño bar en plena Gran Vía, justo al lado del teatro donde los turistas agotan localidade­s de El Rey León. Hace más de 30 grados de calor y enseguida, convida un jugo que es especialid­ad de la casa.

Antes vivía muy cerca, pero volvió a mudarse a las afueras por pedido expreso de su hijo de 11 años, que va al colegio allá y un día le dijo que no soportaba más ir en micro, con el agravante de que el chico tenía a sus amigos en esa zona.

“Yo me había venido al Centro porque tenía funciones todos los días y me parecía más práctico, pero él me puso los puntos -cuenta-. Ahora tengo mi dosis diaria de ciudad, pero después me voy a casa. La caminata por la sierra es mi vida, y en Londres era similar, porque estaba cerca del Finsbury Park, donde vivían ciervos y zorros. En cambio en Buenos Aires, soy de Palermo, o sea, bastante urbano.”

Hace unas semanas culminó una nueva serie de funciones de El fantasma..., después de nueve meses en cartel. Van a volver a escena en Bilbao del 14 de agosto al 15 de septiembre, y luego regresan a Ma

No está en mis horizontes ir a hacer un musical a Broadway, aunque sí ir por el disco. Soy cero American Way Of Life, no puedo convivir con el sueño americano.

el 27 de septiembre, nuevamente en el Teatro Albéniz.

“Estoy muy contento -dice-, porque es una versión nueva, donde la música y el guión es igual al original, pero la puesta en escena es totalmente distinta, más real y con más libertad, menos acartonada que la franquicia que se hizo antes. Es un personaje que me da muchas alegrías y sigo sintiendo que tengo algo para darle. Por eso me encanta hacerlo.”

Con respecto a su concierto en el Colón, lo define como una continuaci­ón de los shows del año pasado en el Teatro Avenida.

Hoy, en España, recuerda cómo se dio todo: “Lino Patalano era mi manager, pero lamentable­mente se nos fue, así que me junté con unos productore­s y decidimos probar con el Avenida, a ver qué sucedía. Fue una experienci­a increíble, porque hicimos dos funciones sold-out y ahí mismo les tiré la idea del Colón. Parecía una broma, pero se ve que mordieron el anzuelo y conseguimo­s una fecha donde ya sabía que iba a estar libre y en vacaciones de invierno de Argentina, algo ideal para estar un poco con la familia”.

Al momento de la charla, Gero aún no había terminado de definir cuáles serían los temas. Y llega a admitir: “Cada día que se acerca me desvelo más. Estoy óptimo de la voz, pero sé que el repertorio será clave en una noche donde el público estará esperando esta serie de canciones épicas”.

-¿En qué se diferencia de lo del Avenida?

-Por lo pronto, la formación es distinta. En el Avenida éramos 12 músicos y acá vamos a ser 22. Nos da la opción de hacer cosas más grandiosas porque tenemos cornos y una sección de vientos más, además de las cuerdas y una formación que nos va a permitir ir desde el rock hasta lo clásico. Además, voy a anticipar temas de mi nuevo disco, que son todas canciones de Frank Wildhorn.

De Mambrú a Madrid

Aunque todos creen que Rauch comenzó su carrera con Mambrú, en realidad, su primer contacto profesiona­l con la música fue con los musicales, a los 22 años, cuando ingresó en las versiones argentinas Los Miserables y luego en Grease, además de cantar en el conjunto Voxpop.

Recién en 2002 se presentó en el casting de Popstars y tuvo su experienci­a como ídolo pop. Pero después retomó el camino justo donde lo había dejado: actuando nuevamente en musicales. Lo demás, como se dice, es historia.

Sin embargo no deja de resultarle irónico que se lo siga presentand­o como un “ex-mambrú”, aunque sabe perfectame­nte que el grupo fue muy grande y muy popular en su momento. No reniega de aquella etapa, pero cree que las referencia­s constantes son “como un atajo al cerebro del lector”.

Hitos y hits 1.

En la versión española de Jesucristo Superstar: gracias a su actuación en el musical de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, giró por a península. En la versión del West End londinense de El fantasma de la ópera, mediando la década del 2010. Hace unos años, volvió a hacerla en España.

-¿No volviste a cantar ese repertorio de canciones pop?

-No. Nunca. Sin embargo en 201617 invité a Germán “Tripa” Tripel a un show en el Teatro Maipo y en un momento largamos un chiste que ya teníamos preparado: empezamos a hacer A veces de Mambrú y la gente se volvió loca. Supongo que le debe haber pasado lo mismo a músicos como Andrés Calamaro, cuando se largó como solista y, sin embargo, todavía le decían “el exabuelos de la Nada”. Va a llegar el día que sea lo mismo, y ya no sea ex nada. Mientras tanto (se acerca al micrófono del grabador): Periodista­s argentinos, córtenla, por favor, que cuesta hacer una carrera y mantenerse, como para tirar todo el tiempo del pasado. (Risas).

-¿Cómo está la temporada de musicales en España?

-Acá son unas 14 produccion­es al año, aunque lamentable­mente a algunos no les va bien y el año que viene aparecen nuevas. Otras, como la nuestra, María, El Rey León y Aladdin son produccion­es que se quedan en cartel años y años. Ahora hay muchos argentinos que están viniendo a Madrid porque se va a instalar Come From Away (el musical sobre las consecuenc­ias del atentado a las Torres Gemelas que se vio en el Maipo), acá, en el Teadrid,

Estoy planteándo­me el retiro de los musicales, porque es verdad que van pasando los años y cada vez hay menos personajes que podés hacer como protagonis­ta.

tro Marquina. Me parece una gran apuesta de parte de Carla Calabrese, que es la productora. Ojalá le vaya bien.

-¿Estás al tanto de la escena de musicales en Argentina?

-Sí, por supuesto. Elena Roger es un buen referente y siempre nos mandamos mensajitos. Estoy al tanto y voy a ver musicales cuando estoy allá. En cambio, cuando empecé, era una escena muy chiquita. Estaba Drácula y después vinieron La Bella y la Bestia, que fue el primer proyecto grande internacio­nal, y Los Miserables, que es donde empecé yo. Lo que pasa es que en el 2000 todavía estábamos en el 1 a 1. Después fue muy difícil. Pero es verdad que el talento local es inmenso y hay modalidade­s de producción con el concepto de cooperativ­a, que acá no se hace.

-¿No pensás a veces que te falta tener todavía una experienci­a en Broadway?

-No está en mis horizontes ir a hacer un musical allá, aunque sí ir por el disco. Soy cero American Way of Life y no podría convivir con el sueño americano: la competenci­a despiadada y el egocentris­mo no son para mí.

Un nuevo capítulo

Para Gerónimo Rauch, llegar a una figura como Frank Wildhorn “fue todo como mágico”. Dice que se había desenamora­do por completo de la cuestión de sacar discos, pero un día el dueño del sello le reclamó: “¡No grabaste un álbum con canciones extraídas de musicales!”. A los dos días apareció Frank y sintió que ese era el camino a seguir. “Yo creo en las señales y las cosas que suceden orgánicame­nte,” cuenta.

Enseguida da detalles del contacto con Wildhorn, quien incluso compuso un famoso hit de Whitney Houston, Where Do Broken Hearts Go: “Le escribí en un feed donde anunciaba que iban a grabar el disco de la producción de Londres de Bonnie and Clyde. Le puse: ‘¿Por qué no grabamos la versión en español?’. Y de repente me empezó a escribir por privado el asistente. ¡Me tomó en serio! Ahí empezó nuestra relación. Ahora, a la distancia, veo que fue un tipo muy generoso, porque revisó todo su catálogo y me mandó 300 canciones elegidas especialme­nte para mi voz. Me dio mucha libertad para re-arreglar las canciones y las adapté todas al español”.

¿Fin de etapa?

Una particular­idad de este tercer álbum de Rauch es que se llamará Chapter One por dos razones. Por un lado, porque bien podría inaugurar una serie de volúmenes dedicados a grandes compositor­es de canciones de musicales. Pero por otro, también podría funcionar como el cierre de un capítulo de su vida, justamente, el de todos estos últimos y exitosos años.

“Siento que estoy en una etapa donde empiezo a escribir una nueva vida de Gerónimo Rauch, en todo sentido: personal, laboral, familiar y musical -confiesa-. El lanzamient­o tendrá una primera etapa en español para el mercado hispano y en diciembre empezaremo­s a lanzar singles para el mercado anglosajón. Los que me conocen te pueden confirmar que a veces voy muy fuerte, y muy de prisa, así que obviamente estoy pensando el segundo volumen, porque tengo la suerte de conocer a gente como Andrew Lloyd Webber (el ‘Shakespear­e del musical’), así que voy a preguntarl­e si puedo encarar esa posibilida­d. Ya veremos...”

Y agrega, con un tono de madurez más que de resignació­n: “Estoy planteándo­me el retiro de los musicales, porque es verdad que van pasando los años y cada vez hay menos personajes que podés hacer como protagonis­ta. No sé si voy a poder elegir mucho lo que quiera hacer. Y estoy cada vez más metido en este camino de empezar a buscar obras para producir. Me dio muchísima satisfacci­ón la obra Los puentes de Madison, porque fue compartir con amigos un proyecto que pasa a ser su sueño y motivación”.

-¿Entonces qué ves en tu futuro?

-Seguir grabando discos y haciendo canciones. Pero quiero empezar a generar proyectos propios.

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Plena Gran Vía, Rauch en el centro de la ciudad que eligió para vivir. En realidad, él tiene su casa en la zona más serrana y conurbana de la capital española.
A la salida del metro. Plena Gran Vía, Rauch en el centro de la ciudad que eligió para vivir. En realidad, él tiene su casa en la zona más serrana y conurbana de la capital española.
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El quinteto Mambrú, con Rauch al centro: el grupo teen pop había salido del reality Popstars, a principios de los 2000. Abajo: Rauch como cantante solista: presentand­o sus versiones de temas clásicos de los románticos hispanoame­ricanos (Raphael, Sandro) o de musicales.
Hitos y hits 2. El quinteto Mambrú, con Rauch al centro: el grupo teen pop había salido del reality Popstars, a principios de los 2000. Abajo: Rauch como cantante solista: presentand­o sus versiones de temas clásicos de los románticos hispanoame­ricanos (Raphael, Sandro) o de musicales.
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