Una oda a la opulencia
Un histórico lugar que ofrece pizza por metro, platos gigantes y postres descomunales.
La mítica pizzería Cittadella cerró en 1999. Un desenlace doloroso para la gastronomía porteña. La especialidad que hizo su fortuna fue la pizza por metro. En 1983 sus propietarios abrieron un local mellizo en Ciudadela. El menú, tradicional y popular, era dominado por la pizza (convencional y por metro), platos exuberantes, parrilla, pastas, súper panchos, hamburguesas caseras, sándwiches opulentos, milanesas XXL y postres gigantes. La fórmula perfecta para mesas pobladas por familias y grupos de amigos con ganas de compartir gastando lo justo.
Ese local sigue funcionando y es considerado patrimonio de los ciudadelenses. Su pizza por metro puede llegar hasta los 200 cm. Se sirve sobre un tablón que “aterriza” en el centro de la mesa. Alcanza para dieciséis comensales. La masa es finita y a la piedra. Es una interpretación desbordante. Al tomate o a la muzzarella, pizzaiola, calabresa, fugazzetta, napolitana, cebolla y morrón, jamón y morrón, verdura y salsa blanca, son algunas de las variantes disponibles.
La súper milanesa napolitana mide 50 cm. Carne tierna, buen rebozado, salsa de tomate, jamón cocido, muzzarella que fluye, rodajas de tomate y de huevo duro, arvejas y una montaña de papas fritas o ensalada rusa.
El pollo a la canasta es un pollo entero (cortado en presas tiernas y doradas) asado a la parrilla. Sale con papas y batatas fritas.
Si queda espacio, terminar con un postre Apolo XI. Pintoresco y recargado. Cuatro bochas de helado (vainilla y dulce de leche), un flan gigante, fruta fresca o en almíbar, dulce de leche repostero, crema chantilly, almendras, nueces y obleas de chocolate. Imponente espacio con juegos a disposición de los niños. ■