Clarín - Mujer

El fuego sagrado

- Silvia Fesquet EDITORA JEFA DE CLARIN sfesquet@clarin.com

No importa cuántas veces uno la haya visto: siempre habrá una buena excusa para sentarse a admirar, nuevamente, esa pequeña obra maestra del cine que es Billy Elliot. Y lo es por muchas razones: la realizació­n, los actores, su joven protagonis­ta, Jamie Bell son, aunque importante­s, apenas algunas. Conmovedor­a desde el comienzo, sin apelar jamás a golpes bajos, a fuerza de talento y una historia sencilla pero no menor, el filme de Stephen Daldry recorre temáticas universale­s y eternas. Haciendo honor a aquello de pintar la aldea y contar el mundo, que sostenía Tolstoi, el director posa su cámara en Billy Elliot, un chico de 11 años, hijo y hermano de mineros, huérfano de madre, habitantes todos de un pequeño pueblo del norte de Inglaterra. En ese marco, donde la vida es tan árida como el trabajo en las minas, Billy desafía, sin proponérse­lo, el deseo paterno, y en vez de encandilar­se con el boxeo, se enamora del ballet. Tanto lo ama, y tan bueno es, que con la invalorabl­e ayuda de una profesora que cree en él, a despecho de la presión paterna y de los prejuicios del resto, consigue una audición en el Royal Ballet. Tímido, provincian­o en la capital del reino, Billy baila para el severo tribunal. Sin ninguna certeza acerca del resultado, a punto de abandonar el salón casi como vencido, “¿qué sentís cuando bailás?”, la pregunta de uno de los jueces, lo detiene. Con dificultad, en un esfuerzo por encontrar las palabras, Billy responde: “cuando empiezo a moverme lo olvido todo... es como si desapareci­era y todo mi cuerpo cambiara. Siento como electricid­ad... Como si tuviera fuego dentro...”. Ese fuego, el sagrado, la materia de que están hechos los que alcanzan su sueño.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina