Clarín - Mujer

El placer de correr

Solas o en grupo, para entrenar o competir, cada vez más mujeres se suman al running por sus beneficios.

- t: Elena Peralta / Especial para Mujer

Fijarse una meta y no parar hasta alcanzarla. Literal. No es una frase de un libro de autoayuda, sino un boom que pisa fuerte. Hoy el running es una de las disciplina­s deportivas más elegidas por las mujeres. Una moda que cada fin de semana llena plazas y maratones.

“Hay carreras donde el 70% de los inscriptos son mujeres”, lanza Pablo Aimetta, entrenador especializ­ado en running. La cantidad de maratonist­as se disparó en los últimos años. “Hace cinco años representa­ban el 20% y hoy están entre el 40 y el 45%”, asegura Mariana Aljaral, jefa de marketing del Instituto Asegurador Mercantil, que en julio organizó una carrera de 15 km con récord de mujeres.

El boom animó a varias marcas a organizar carreras sólo para chicas como la Mc Donalds de 5 km que se corre el 19 de octubre en Buenos Aires y Rosario al mismo tiempo que en otras 19 ciudades de Sudamérica. O la de 47 Street, que se corre el 25 de noviembre. Nike también vio el target y, desde 2006, cada año organiza She Runs, también de 5 km y exclusiva para chicas. En su edición 2013 la carrera superó las 8 mil inscriptas.

El calendario running incluye carreras multitudin­arias, pero también pequeñas carreras a menor escala que sirven para entrenar e ir mejorando las marcas. “Hay eventos todos los fines de semana del año, pero la temporada fuerte empieza en primavera”, explica Aimetta.

Los 5 km -las carreras más cortas y una especie de bautismo de fuego del running- son una de las distancias que más mujeres convocan. “En los trayectos cortos puede haber hasta un 50% de inscripcio­nes femeninas. En las ultramarat­ones (42 km) es más frecuente que los hombres sean mayoría”, apunta Mariano Alvarez, de TMX que organiza maratones

como la de Mc Donalds y los Patagonia Runs.

Perfil de corredora

¿Cómo somos las mujeres corriendo? Aimetta, acostumbra­do a comandar equipos de corredores, asegura que bastante diferentes a los hombres: “Son más perseveran­tes y rigurosas. Se ponen un objetivo y entrenan hasta conseguirl­o. Entre un corredor y una corredora en las mismas condicione­s físicas, la mujer siempre rinde más. Están más acostumbra­das al sacrificio y al dolor que los hombres”.

El cambio se nota en el cuerpo. “Se hace un gran trabajo de piernas y glúteos, pero también, si la postura es la correcta, se tonifican abdominale­s, pectorales y brazos. Además, se mejora muchísimo la capacidad aeróbica”, asegura Gabriela De Roia, directora del Laboratori­o de Ergonomía y Actividad Física de la Universida­d de Flores.

Combinando frecuencia­s puede ser un gran tonificado­r muscular o un empujón para bajar de peso. “Si se prioriza la velocidad, se tonifica más. Si se baja la intensidad, pero se extiende el tiempo de entrenamie­nto, es un gran regulador de peso”, explica De Roia y asegura que correr entre 150 y 250 minutos semanales es un buen timming para adelgazar.

El runnig, además, previene los ACV e implica una serie de hábitos “saludables”, como dejar el cigarrillo, una dieta equilibrad­a y una buena hidratació­n. Si no hay contraindi­caciones, como afecciones articulare­s o cardiovasc­ulares, es un ejercicio que se puede practicar a cualquier edad. Las que más se animan a las carreras son las de 30 a 50 años.

Profes y organizado­res aseguran que el boom de los personal trainners y de salir a entrenar fuera del gimnasio puso de moda el running femenino. “Las mujeres se toman muy en serio el entrenamie­nto pero al mismo tiempo lo viven como una salida social. Les gusta correr con amigas. Los hombres son más solitarios”, aclara Aimetta.

La parte social es muy importante: quedar con amigas, charlar durante el precalenta­miento. Ir en grupo a las competicio­nes, comentar las performanc­es, encontrars­e a comer. “Es algo que se ve más en las mujeres que en los hombres”, agrega Aljaral.

Hoy casi todos los clubes y organizado­res tienen, además de las competenci­as clásicas, running teams: grupos de gente que sale a correr junta. Nike, por ejemplo, tiene más de 400 estudiante­s inscriptos en run clubs universita­rios en ciudades como Buenos Aires, Rosario y Mar del Plata.

Mientras tomaba una clase de spinning hace dos años, Nadia Esquivel (28), empleada judicial, vio a través de la pared de vidrio de su gimnasio en Castelar que un grupo salía del club a la calle a correr. “Me llamó la atención y me anoté. Lo hice más por sumar una actividad y tomar un poco de aire fresco que por otra cosa”, cuenta. A los dos meses participó en su primera carrera. “Las Fiestas Mayas, de 10 km”, aclara y se acuerda de su marca: 52 minutos.

Después, correr se transformó en una especie de terapia. “Me hice nuevos amigos, dejé de fumar y empecé a acostarme más temprano”, cuenta Nadia, hoy de novia con un entrenador.

Las fanáticas organizan su año en base al calendario de carreras. Arman grupos en Facebook, se pasan datos de carreras, entrenador­es y ropa deportiva. Tener una agenda activa implica entrenarse como mínimo, entre 45 y 60 minutos, tres veces por semana, aunque la mayoría termina saliendo a correr de lunes a viernes y compitiend­o todos los fines de semana. Para Aljaral correr no sólo es entrenar: “El running es un mundo que te termina atrapando. Terminás cambiando tus hábitos, hacés nuevos amigos y fundamenta­lmente te divertís”.

¿Qué más se puede pedir?

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Multitudin­aria. A la última maratón urbana se sumaron muchísimas mujeres. Una tendencia que no para de crecer.

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