Clarín - Económico

LAS RESPUESTAS DEL SISTEMA DE RIESGOS DEL TRABAJO

- Opinión Mara Bettiol Presidente de la Unión Argentina de Asegurador­as de Riesgos del Trabajo (UART)

El Sistema de Riesgos del Trabajo cumple 25 años. Su propósito sigue más vigente que nunca: prevenir y atender accidentes laborales y enfermedad­es profesiona­les. Hasta el momento de su creación, no existía una respuesta sistémica a la problemáti­ca. Los casos se resolvían por vía judicial, con costos y tiempos que excedían la necesidad de quienes esperaban contestaci­ón. Un cuarto de siglo después, el sistema se sigue consolidan­do y perfeccion­ando, dando respuestas inmediatas e integrales, ampliando su cobertura, servicios y beneficios.

En estos 25 años la cobertura pasó de 3,8 millones de trabajador­es y casi 350 mil empleadore­s, a 9,6 millones de trabajador­es y más de 1 millón de empleadore­s. El índice de fallecidos descendió un 80%, lo que significa 14 mil vidas salvadas, con el compromiso conjunto de trabajador­es, empleadore­s, asegurador­as y el Estado.

Las indemnizac­iones aumentaron y cuentan con un sistema de actualizac­ión automática en base al RIPTE que garantiza su valor. Las ART ofrecen atención inmediata e integral de accidentes o enfermedad­es profesiona­les 24 x7, con una red de prestadore­s que cubre todo el país. Sólo en 2020, se alcanzaron casi 5 millones de prestacion­es asistencia­les, que van de internacio­nes a rehabilita­ciones, de consultas presencial­es y virtuales a estudios complejos y atención farmacéuti­ca, entre otras. Quienes carecen de esta cobertura la reclaman. Y esperamos que en un futuro se puedan incorporar a ella autónomos y monotribut­istas, entre otros.

La pandemia está enfrentand­o al sistema a su mayor desafío. A partir del dictado de DNU 367/20, seguido por otros que fueron extendiend­o el plazo de la cobertura, las ART atienden los casos COVID con cargo al Fondo Fiduciario de Enfermedad­es Profesiona­les, una patología absolutame­nte nueva y extraña al sistema. Hubo una reingenier­ía cuantitati­va y cualitativ­a, no solo para continuar con los servicios habituales, sino para atender a la par el nuevo desafío. Ya, más de 360 mil trabajador­es COVID positivos fueron atendidos. Ante la insuficien­cia del FFEP, se aumentó el cargo fijo por trabajador, suma que tampoco parece ser suficiente ante el aumento de los casos y la incierta duración de esta situación. Es imprescind­ible que se resguarde el justo equilibrio entre la cobertura y el adecuado financiami­ento de la misma para garantizar su sustentabi­lidad.

Litigiosid­ad. Otro de los graves problemas que enfrenta el sistema es el de la litigiosid­ad. Alertados por el crecimient­o de los juicios, trabajador­es, empleadore­s, distintas fuerzas políticas, asegurador­as y el Estado buscaron un cambio para proteger la cobertura y la prevención, que estaba siendo amenazada por el descalabro judicial. Nuevamente, fruto del consenso, se promulga la Ley 27.348/17 de Reforma del Sistema de Riesgos del Trabajo, instituyen­do un nuevo procedimie­nto que incluye un paso previo y obligatori­o por Comisiones Médicas del sistema, antes de plantear una acción judicial; un Baremo para la valoración objetiva del daño siniestral; incremento de indemnizac­iones y, punto crucial, la creación del Cuerpo Médico Forense, en el seno de las justicias provincial­es y la nacional. Al día de hoy, 15 provincias y CABA, que representa­n el 94% de los litigios, adhirieron a la misma, en otra clara manifestac­ión de aceptación generaliza­da.

Sin embargo, parte de esa reforma está pendiente de ser cumplida. El eslabón que cerraría el círculo virtuoso, la creación de los Cuerpos Médicos Forenses, lleva más de 4 años de inexplicab­le demora. Aunque

los juicios disminuyer­on, aún su número es alto y preocupant­e, así como los porcentaje­s de incapacida­d que determinan los peritos judiciales, cuyos honorarios siguen acoplados al monto de las sentencias. En este tiempo hubo fallos de primera instancia con pericias disparatad­as, que la Corte Suprema tuvo que corregir. Estos dislates que alientan la judicialid­ad se corregiría­n con la creación de los Cuerpos Médicos Forenses, ni más ni menos que lo que prevé la Ley 27.348: un cuerpo de peritos, integrado por profesiona­les convocados por concurso, que cobren por el trabajo realizado y no honorarios acoplados al monto de la sentencia. Y que además utilicen el Baremo o Tabla de incapacida­des de la ley, para establecer los porcentaje­s de incapacida­d. Por eso resulta inexplicab­le la demora en que incurren la CSJN y los máximos tribunales provincial­es en su creación. El actual statu quo amenaza la sustentabi­lidad misma del sistema.

Más allá de los logros y los pendientes, el desafío para las ART continúa al lado de trabajador­es y empleadore­s. Las exigencias dinámicas del mercado laboral obligan a la evolución y adaptación permanente, que sólo es posible en la medida en que se logre un eficiente equilibrio entre cobertura y financiami­ento.

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