Clarín - Deportivo

Más que el rival, Boca fue su propio enemigo

- Daniel Lagares dlagares@clarin.com

De punta a punta, River se lo ganó a Boca. Hoy, cuando quedan sólo seis fechas para terminar el campeonato, River es mejor que Boca, es un buen equipo, pero todavía no es un gran

equipo. Si lo fuera, hubiera goleado a Boca. Antes del gol de Alario, lo tuvo dos veces en definicion­es de Fernández y de Driussi. Y cuando ya estaba 20 y Boca era pura desorienta­ción, también tenía servido al adversario pero no fue a buscarlo con la convicción de quien quiere ganar y además entrar en la historia. Se conformó con la ventaja y como Batalla le dio otra vida a Boca, tuvo que “trabajar” hasta que Gago regaló el tercero.

Hasta el último partido, Gallardo jugaba con Martínez a la derecha, para que aprovechar­a su perfil al cerrarse; con Fernández delante de Ponzio y Rojas a la iquierda. Ayer cambió; puso al Pity casi como un wing, cerró a Rojas y abrió a Nacho a la derecha. Bingo táctico: le rodeó la salida a Gago-Pérez, tuvo alternativ­a con Nacho y explosión con el Pity. Tuvo suerte

Gallardo: lo que pensó, lo resolviero­n bien los jugadores. Fue fácil paraRiver, porque del otro lado no hubo respuestas. Pensó Guillermo que con dos puntas podía hacerle daño a River, por eso hizo entrar a Bou por el prematuram­ente lesionado Centurión. Le salió mal. Bou-Benedetto chocaron y el equipo perdió uno de los laterales para hacer diferencia. Pavón lo consiguió alguna vez en el uno-contra uno con Moreira, no fue tan eficaz cuando enfrentó a Mayada, relevo temprano de Casco. Como Peruzzi jugó muy mal, poco podía esperarse por su lado; Fabra estuvo cotenido por la presencia de Fernández y con el partido en estado avanzado, el ingreso de Auzqui por Alario directamen­te fue un muro para sus intentos por la banda. En ese contexto, Boca no supo qué hacer. Guillermo hizo un cambio obligado; el otro fue el ingreso de Barrios, acaso más indicado que Bou para entrar por Centurión. Por caracterís­ticas y por búsqueda que implicaba la entrada de uno o de otro. El técnico se guardó la tercera modificaci­ón. El desastre individual y colectivo de los jugadores en el campo, tuvo poco auxilio desde el banco.

Hubo una notable diferencia de jerarquía. Tal vez por el momento que transitan unos y otros futbolista­s, pero también porque hay evidencias de que algunos son como son y no serán de otra manera. Alario es crack hasta cuando está parado esperando que empiece el partido; Driussi tiene una picardía, una pimienta, una “maldad” futbolera parecida a la de Pavón, pero hoy le salen casi todas y al de Boca le salen pocas. Ya resulta intolerabl­e la calidad intrascend­ente de Bentancur, que Gago no ofrezca soluciones en la adversidad, que Bou tome malas decisiones, que Benedetto pretenda resolver solo. Entre Vergini e Insaurrald­e todavía no definen quien sale y quien se queda; Peruzzi irrita por sus errores conceptual­es que nadie corrige. Fabra no marca, pero los laterales colombiano­s nunca marcan. Boca defendió mal, no supo crear juego porque no sabe si quiere crear juego y llegar al desequilib­rio por posesión o por pelotazo para Bou- Pavón. Cuando su tribuna asistía al descalabro, el insólito gol de Gago abrió esperanzas. Se esperaba eso de la garra, la camiseta, la historia... A veces sucede el milagro pero la mayoría de las veces, si no hay fútbol, es imposible.

 ?? JUAN MANUEL FOGLIA ?? El segundo. Lo hizo Alario. Mal rechazo de Vergini, pasividad de Peruzzi. Gago no ayuda.
JUAN MANUEL FOGLIA El segundo. Lo hizo Alario. Mal rechazo de Vergini, pasividad de Peruzzi. Gago no ayuda.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina