Clarín - Autos

La figura deseada

Esta segunda generación fortalece su imagen de 4x4 respecto de la anterior, y mejora su espacio interior a pesar de haber reducido su tamaño. La versión más potente llega a los 231 caballos de fuerza y ofrece un notable comportami­ento dinámico. Su precio:

- Gabriel Silveira

Si bien BMW no fue la primera en comerciali­zar un SUV (Mercedes-Benz lo hizo antes con la Clase M, en 1997), sí fue la que creó una gama integral de este tipo de vehículos. Al X5 (1999) le siguió el X3 (2003), con claro aspectos de vehículos 4x4. Luego apareció el X6 (principios de 2008), con un corte más deportivo, ya que imita la silueta de una cupé. Con una silueta similar pero con un tamaño menor surgió el X4 (2014). Pero el que había quedado a mitad de camino fue el X1, que se empezó a vender en 2009 y que su figura “crossover” lo acercaba más a una rural vestida para la aventura que a un SUV. El nuevo X1, que ya se vende en nuestro país, cambia por completo esa imagen sin resignar los preceptos históricos de la marca en materia de conducción y comportami­ento dinámico. Si se lo compara con la generación anterior, el X1 es más corto, más ancho y más alto. Esta nueva configurac­ión le cambia por completo las proporcion­es y, por lo tanto, su aspecto. Ahora luce como un SUV, con esas formas clásicas de un vehículo 4x4. Esto se completa con el estilo que se puede ver en cualquier BMW, con los típicos “riñones” en la trompa y distintas nervaduras que atraviesan su carrocería. La nueva arquitectu­ra repercute muy favorablem­ente en su interior. En las plazas traseras, por ejemplo, el espacio disponible para piernas es 10 centímetro­s superior comparado con el X1 anterior. Y también hay más lugar a la altura de la cabeza. Como ocurre con casi todos los vehículos de hoy, salvo aquellos netamente familiares, la plaza central trasera es angosta y con un relleno muy duro, lo que la hace bastante incómoda. Otro beneficio de su nueva arquitectu­ra es la capacidad de su baúl, que crece respecto de la generación anterior y ofrece unos generosos 505 litros. El estilo interior no se corre ni un milímetro de lo que se puede ver en cualquier otro BMW en la actualidad. El tablero de instrument­os, brinda una lectura de informació­n muy clara y sigue combinando indicadore­s analógicos con otros digitales. La consola central esta coronada con una pantalla bien wide que se complement­a con un comando ubicado entre las dos butacas delanteras y que entre ambos permiten manejar un gran número de funciones del vehículo. La calidad de materiales es alta, al igual que el nivel de sus terminacio­nes. Todos los comandos se encuentran al alcance del conductor. Los cambios de arquitectu­ra no solo involucrar­on cuestiones estéticas y de espacio interior. Esta generación del X1 y el Serie 2 Activ Tourer (un monovolume­n que no se comerciali­za en nuestro país) son los únicos modelos del fabricante de Munich que llevan el motor en posición transversa­l y que pueden tener versiones de tracción delantera. En Clarín probamos la variante más potente y con tracción integral. Su motor es naftero de 2.0 litros y 231 caballos de fuerza. La transmisió­n es automática, de 8 velocidade­s. Esta combinació­n motriz muestra un extraordin­ario resultado en el X1. Y gracias a sus distintas opciones de manejo, se puede realizar tanto una conducción relajada y confortabl­e o una más deportiva. Hay que reconocer que se luce más en la segunda opción, con aceleracio­nes enérgicas, el tacto caracterís­tico de la marca y una respuesta notable en curva, en donde no parece un vehículo de casi 1,6 metros de altura. Además, esta versión está equipada con neumáticos de 19 pulgadas, de perfil bajo, lo que brinda un notable apoyo. Esto va en detrimento del confort de marcha en caminos desparejos. El diseño de las cubiertas también limitan la circulació­n fuera del asfalto si el terreno es muy complicado, a pesar del sistema de doble tracción. Esta versión es la más potente de su categoría, frente a las opciones del Audi Q3 (2.0 de 220 CV) y el Mercedes-Benz GLA (2.0 de 211CV). Y los 69.900 dólares no lo hacen el más caro, ya que el Mercedes llega a los US$ 71.000 (el Audi cuesta US$ 58.850). Lo cierto es que este nuevo X1 llega para volver a adueñarse del segmento. Su renovada figura, su espacio interior, y su mecánica le dan motivos de sobra para lograrlo.

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 ??  ?? Fuerza. Con un motor 2.0 turbo, el X1 logra aceleracio­nes enérgicas y un comportami­ento dinámico ejemplar. Se puede conducir en modo Sport y Eco.
Fuerza. Con un motor 2.0 turbo, el X1 logra aceleracio­nes enérgicas y un comportami­ento dinámico ejemplar. Se puede conducir en modo Sport y Eco.
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Grande. A pesar de haber reducido el tamaño de su carrocería, la habitabili­dad es mayor que la de su antecesor.

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