APOLO Y DIONISOS EN LA ARQUITECTURA
El jueves pasado abrió la muestra “Apolo y Dionisos en la arquitectura argentina. Mario Roberto Álvarez y Clorindo Testa juntos en el MARQ”. Una excelente ocasión para reflexionar sobre la obra y los modos de hacer y de pensar de estos dos grandes maestros que marcaron la producción arquitectónica nacional de la segunda mitad del siglo pasado y los primeros de este siglo (página 12).
Sin dudas ambos representan casi las formas extremas de creación en esta amplia disciplina. Como enuncia Martín Marcos, director del MARQ y curador de la muestra junto a Julio Valentino y Carlos Giménez, “Álvarez, en su simplicidad de líneas y funcionalidad inquebrantables; Testa, en sus formas más libres y expresivas, constituyen una suerte de dualidad apolíneo-dionisíaca que ha marcado buena parte del debate y el hacer arquitectónico argentino de las últimas décadas”.
Mirando con este patrón, el edificio Forum Puerto del Buceo (Montevideo), proyectado por Carlos Ott y Carlos Ponce de León (página 20), es de la familia de los edificios dionisíacos: con formas orgánicas, afectos a captar todos los sentidos, tal como también lo está haciendo Ott con las Torres Jade Park en Asunción del Paraguay. En contraste con las formas ameboidales de Forum, a pocos metros de allí sobre la misma bahía, se levanta imponente un monumento apolíneo, el Edificio Panamericano proyectado en 1958 según los cánones del Movimiento Moderno por el arquitecto uruguayo Raúl Sichero (foto). Sólo se construyó la mitad de esta placa abstracta de departamentos de 17 pisos de altura que contaba con el beneficio de dejar libre para áreas verdes el 87 % del terreno.
Tal vez en una actitud intermedia se encuentra la bodega boutique proyectada por Bórmida & Yanzón en Valle de Uco, Mendoza, a los pies de la cordillera (página 6). Una serie de prismas racionales y ortogonales, colocados -como lo suelen hacer- con maestría en el imponente paisaje... Algo así como hizo Raúl Sichero con la contundente geometría del Edificio Panamericano para enfrentar la inmensidad del mar (Río de la Plata).
Pero además, Bórmida-yanzón incorpora las cualidades dionisíacas. No por el hecho de ser una bodega y que Dionisos sea el rey griego del vino, sino porque trabajan las superficies, los pisos, los muros, los semicubiertos y las pérgolas con sumo cuidado, con variadas texturas, apelando a los sentidos y a generar sensaciones.